A los habitantes de las poblaciones de Libertador Bolívar, San Antonio, Cadeate, Río Chico, Montañita y Manglaralto, pertenecientes a la parroquia del mismo nombre, al norte de Santa Elena, no sólo están afectados por el COVID-19, ahora se les suma otro inconveniente que es la falta de agua potable.

Los citados lugares son abastecidos del líquido vital mediante pozos que están ubicados a la orilla del río. Pero, en las últimas semanas los manantiales han empezado a secarse y esto ha traído inconvenientes en el abastecimiento a los hogares de los comuneros.

Pilar Muñoz, quien preside la Junta de Agua Potable Regional Manglaralto, ente encargado de la comercialización y distribución del servicio, anunció la mañana de hoy 3 de octubre la declaratoria de emergencia hídrica debido al inconveniente por el que se atraviesa.

La funcionaria pidió comprensión a los más de veinte mil usuarios afectados de los sitios antes mencionados. Explicó que en diálogo con el alcalde de Santa Elena, Otto Vera Palacios, se llegó a un acuerdo para que el Municipio de manera programada entregue el líquido mediante tanqueros en cada una de las localidades.

Se espera que con la ayuda municipal en algo se disminuya el grave impacto que la medida va a ocasionar. “Ojalá que en 30 días aproximadamente los manantiales puedan recuperarse y obtener agua de los pozos para poder potabilizar”, dijo Muñoz.

El morador Raúl Barzola, de Libertador Bolívar, señaló que el problema no es nuevo y que desde hace tres años la situación se agudizó. Inclusive, en ocasiones solo reciben agua por cuatro horas, pasando cada dos días.

“Estamos a merced de las lluvias, si hay buenos inviernos tendremos agua potable durante el año”, expresó. (JL)