Nueve años después de ser encarcelado por un robo a mano armada, el caído ídolo estadounidense O. J. Simpson acude este jueves a una vista en la ciudad de Carson (Nevada, EE UU) para pelear por su libertad. La exestrella del fútbol americano y actor, caído en desgracia por ser el principal sospechoso de matar a su exmujer y su pareja (por lo que nunca ha sido culpado), comparecerá ante la comisión de libertad condicional del Estado de Nevada que deberá decidir su destino.

Pero esta decisión puede quedar en nada tras las declaraciones de uno de los guardias carcelarios, quien afirma lo encontró masturbándose en su celda, lo que está estrictamente prohibido en las prisiones federales de los Estados Unidos.

Según reveló una fuente de la prisión al portal Dailymail.com, el ex deportista, de 70 años, se enfrenta a una audiencia disciplinaria tras ser encontrado satisfaciéndose sexualmente a sí mismo por una oficial femenina del Centro Correccional de Lovelock.

La ventaja para Simpson es que se enfrentará a la Junta de Libertad Condicional del Departamento de Nevada sin haber afrontado su audiencia disciplinaria por la masturbación.

Según la agencia AP, no se espera que nadie en la audiencia, en la que está previsto que O.J. Simpson hable, se pronuncie en contra de su libertad condicional. Incluso se mostrará a favor de ella la víctima del atraco. En el robo, además del exjugador, participaron otros cinco hombres que se declararon culpables en sus juicios y recibieron la libertad condicional al testificar contra O. J. Simpson.