Encontró su camino con una sola pierna

Lucero Llanos| Redacción Guayaquil

Su primera zambullida bajo el agua, hace ocho años, no fue con el pie derecho. No porque hubiera perdido dicha pierna a causa del cáncer, sino porque fue tan improvisada que hasta pensó que se iba a ahogar.

“Cuando me lanzaron al agua, me fui al fondo como una piedra porque no sabía cómo propulsarme, balancearme ni nada. Fue una buena intención de un amigo, pero no tuve (preparación previa en) piscina ni algo parecido. Fue directo al mar”, recuerda el buzo Leobardo Morales, de 42 años, con una sonrisa nostálgica.

Aquella inmersión, “no tan glamurosa”, la hizo motivado por un amigo suyo “que no tenía el entrenamiento para atender a personas con capacidades diferentes”. Pero aun así, la experiencia le cambió la vida por completo.

Su médico le había recomendado que hiciera ejercicio y que probara con la natación, pero el buceo le robó el corazón para siempre. Luego de cuatro minutos de batallar con las corrientes marinas, encontró literalmente la forma de seguir adelante ‘como pez en el agua’.