Doña Gaby es la celebridad de su barrio, en El Oro y Guerrero Valenzuela, suroeste de Guayaquil: la saludan, ‘le hacen conversa’ y hasta le pagan por su ‘autógrafo’. La ‘firma’ no es de tinta y en papel, sino de plátano verde, queso y carne de cerdo, en forma esférica.

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“Obviamente son los bolones más ricos de Guayaquil, pero con sazón esmeraldeña. Créame, no tiene cómo negar que se está comiendo un manjar”, dice entre risas. Y no es que doña Gaby ‘tire parada’ o esté pecando de soberbia; ella solo repite los piropos de sus comensales, que adulan su sabor y toque diferenciador. “En vez de chicharrón, se le pone carne pura de chancho”, revela sobre sus estrategias para cautivar a la clientela.

“No es que yo haya inventado el agua tibia, eso lo aprendí de mi hermana”. Ella cuenta que su ñaña mantuvo el negocio por algunos años en la misma vivienda, hasta que decidió cerrarlo y mudarse a otra ciudad.

“Yo, en cambio, me había quedado sin trabajo y necesitaba generar ingresos para mis hijos. Un día, uno de los vecinos me dijo que si me podía dar un consejo y se lo acepté”, recuerda. La sugerencia fue continuar con el negocio de su hermana, ya que los clientes llegaban a preguntar qué había pasado con la señora de los bolones.

“Yo le respondí que no tenía dinero como para invertir y él me contestó que me prestaba lo que necesitara. Yo lo sentí como una bendición. Me dio 500 dólares y se los devolví conforme fui trabajando”.

Ella ya tenía la cocina industrial, pero le faltaban algunos implementos. “Apenas tuve todo, empecé y desde ese momento no he parado”, comenta emocionada la ‘superestrella’ del barrio.

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Al momento de la visita de EXTRA, algunos de sus comensales se emocionaron al enterarse de que su hueca favorita, la de doña Gaby, se “haría famosa”. Entre bromas y sonrisas, la mujer respondía que todo era gracias a su sazón.

“Tan buenos son que a veces se me terminan antes de tiempo y me insisten que les prepare al menos uno. Pero luego de las 12:00 ya no atendemos más”, menciona, y aclara que su horario se mantiene de 08:00 a 12:00 de miércoles a domingo.

“Y debo recalcar que, a pesar de que el verde ha subido de precio, yo tengo los mismos precios: mis bolones no pasan de 2,50 dólares”, menciona doña Gaby. 

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