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Endeudada de por vida con muerte de su hijo

Por tratar de salvarlo del COVID-19, su madre lo llevó a una clínica donde después de un mes falleció. Con ‘rebajita’ y todo debe 45 mil dólares

madre
Elsa Núñez debe pagar la mitad de la deuda en un mes, el resto en cuatro meses.Yadira Illescas

La muerte le cobró caro. Mucho dolor, demasiado dinero. Doblemente caro para dejarla endeudada de por vida con la clínica donde, finalmente, después de un mes de tratamiento, murió su hijo y a ella le ‘clavaron’ como un puñal la factura: 80 mil dólares. Si no pagaba no le daban el cuerpo. Así de simple.

Hoy, Elsa Núñez cuenta su drama. En el patio de su casa, su memoria se transporta al pasado 8 de junio de 2020, cuando su querido Hernán Galarza, a quien en el barrio La Universal, sur de Ambato (Tungurahua), conocían como Chompón, cumplió 40 años. “Estaba tan feliz. Mi hijo era muy sonriente y amiguero. A los dos días se puso mal y tuvimos que internarlo. Ahí empezó el calvario para la familia”, murmura entre lágrimas

Su progenitor, Víctor, recuerda que cuando le dieron los primeros síntomas lo llevaron a un centro de salud donde lo inyectaron, pero nunca le sugirieron que se haga la prueba para detectar a tiempo si tenía coronavirus.

Después, ante la gravedad y con la esperanza de salvarlo, lo llevaron a una clínica privada, al norte de Ambato. Allí, Hernán estuvo internado durante un mes y finalmente falleció a causa del coronavirus, el jueves 9 de julio.

Factura inesperada

Para retirar el cuerpo, los padres pasaron su propio viacrucis. Cuando fueron a ver a su vástago le mostraron la cuenta. “En la clínica nos habían insistido que autoricemos para cambiarlo a la UCI (unidad de cuidados intensivos) porque ahí lo iban a salvar, sin embargo, no fue así. Entregamos un abono de 10.500 dólares, porque nos salía una cuenta de 80 mil dólares. Después nos dijeron que nos rebajaban a 62 mil. Cuando intentamos retirar el cadáver no nos quisieron dar a tiempo si no pagábamos, pero de ¿dónde íbamos a sacar todo ese dinero?”, narra el hermano menor, Byron.

Su progenitor, Víctor, tuvo que buscar a una abogada y acudir a la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía porque en la clínica “no quisieron llegar a un acuerdo”.

Agrega que para reunir los primeros 10.500 dólares sacaron sus ahorros, hicieron rifas solidarias, vendieron comida y también recibieron ayuda de amigos y familiares que habitan en Estados Unidos.

Desmienten acusación

La representante legal de la clínica, Andrea Velasco, asegura que nunca el valor fue de 80 mil dólares y que seguirán acciones legales por difamación a quienes mencionaron aquello en redes sociales.

“Tampoco retuvimos al cadáver, porque es ilegal. Los cuidados en UCI son costosos. El valor a cancelar es de 45 mil dólares. El primer pago, que es la mitad, lo harán en un mes y el saldo en cuatro meses. No se considera el abono que hicieron. La familia nunca se acercó a solicitar información una vez que les comunicamos sobre el deceso”, expresó la representante legal.

Angustia no ha terminado

Víctor Galarza afirma que con la muerte de su hijo la preocupación continúa, porque deben completar el dinero. “No nos queda más opción que hacer un crédito para lograr pagar la deuda. Son momentos muy duros. Mi hijo laboraba haciendo fletes en una camioneta y creo que ahí se contagió”, expresa el acongojado padre.

Hernán era casado y tenía dos hijas, una mayor de edad y la otra adolescente. En el barrio sus amigos mantienen los mejores recuerdos de él, pues aseguraron que Chompón era el alma de los encuentros deportivos y de las fiestas. (YIE)

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