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“¡Estoy enfermo, pero vivo... feliz cumpleaños a mí!”

El pasado sábado, el periodista Jonnathan Carrera celebró los 50 años en el hospital, con COVID y luchando por recuperarse.

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El periodista junto al personal sanitario que trabaja para salvar vidas de los contagiados.Cortesía

El ‘duro’ de la crónica roja Jonnathan Carrera fue ingresado al Hospital del IESS Sur, en Quito, debido a un cuadro grave por el coronavirus, el pasado 31 de julio de 2020. El 8 de agosto cumplió 50 años y desde la habitación de la casa de salud que más casos de COVID-19 ha atendido en Quito, el epicentro de la pandemia en Ecuador, Carrera cuenta en primera persona cómo lo vivió.

Así tocó cumplir los 50... Más de una vez uno se ha olvidado de uno mismo. Pocas veces el anuncio del nacimiento se recuerda. Es a través de otros que a la memoria viene que desde hace años, en un día del año, se cumple una vuelta más de existencia.

Al menos eso sucede casi siempre desde que el trabajo y la soledad se tomaron los rincones del recuerdo. Y entonces, a secas, en la solemne contemplación de la inicua necesidad del instinto gregario, más de una vez –sin encono, sin sentido , sin cero pena ni remordimiento– la misma conciencia se dice: feliz cumpleaños a mí, –y se repite– feliz cumpleaños a mí... ya duérmete.

¡Ja! Es que toca cada cosa. Y esta vez solo puedo pensar en que sí tocó raro y solitario y diferente este cumpleaños, esperanzado y angustiado, y también acostado, tranquilo y sereno –dentro de lo que se puede y cabe– en la cama C de la habitación 409 del hospital del IESS Quito Sur, enfermo de COVID y diabetes. Así nomás de extraña y anecdótica puede ser la vida.

Peores invitados a una celebración que mis compañeros de infortunio, que la verdad espero que desaparezcan, no puede haber. Se quedan conmigo silenciosos pero notorios, y son como el comensal que deambula la fiesta comiendo y bebiendo y haciendo de las suyas sin que el dueño de casa pueda hacer algo para llamarlo a la compostura.

Nada queda por hacer sino únicamente la resignación... y contemplo la cinta de identificación enrollada en mi muñeca derecha con mi nombre y descripción: Hospital General del Sur de Quito, Carrera Andrade Jorge Jonnathan , COVID-19, clínica 1, código de barras... y claro, la edad: 49 años.

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Una manilla con los datos de Carrera.Cortesía

Así de fácil

Ahora toca decir 50. Y recuerdo que me quedé en 40 cuando me preguntaban, y alguien –siempre hay uno– te recuerda que desde 1970 a esta fecha la suma no deja de subir y los años se acumulan. Y ahora yo mismo me digo –y me hago acuerdo– que son 50 los cumplidos.

Trasiegos alegres, angustiosos, felices, amargos... de todo se ha vivido. Y todo se ha contado. Y tocará seguir contando. Por qué no, si me gustó el oficio de contar historias –me digo– y me vuelvo a tararear en mi acompañada y alegre soledad: Estás enfermo pero vivo. Feliz cumpleaños a mí, feliz cumpleaños a mí, feliz cumpleaños... y ya duérmete, Jonnathan, feliz cumpleaños a mí. Y no dejo de pensar en qué será más lueguito, más de día nomás... Me cambian la manilla y me ponen una que ahora tiene el número 50.

“Se está poniendo viejito”

Esta fue una fecha que no pasó desapercibida en el hospital. En un video se observa cómo personal sanitario, usando trajes de bioseguridad, llega a la habitación del periodista con una pequeña torta y cantando el tradicional tema de cumpleaños “Se está poniendo viejito”. El periodista les agradece “de todo corazón”, y más por el trabajo que están haciendo a diario con los pacientes contagiados.