Madelyn Robalino se estremece cuando hablan de la famosa poza de la boa, ubicada dentro del paseo turístico que hay en el malecón Boayaku Puyo, en Pastaza. Se le eriza la piel.

La estudiante, de 23 años, tiene pánico cuando le mencionan ese lugar que está dentro del río Puyo. No cruzaría en boya, como lo hacía en la época colegial, mucho menos se metería a sus aguas que -para ella- son turbulentas.

No olvida la experiencia que tuvo en ese lugar. “Competía en un triatlón y una de las pruebas era bajar por el río Puyo subida en boya”.

Recorrió solo un kilómetro cuando llegó a la poza. Enseguida recordó lo que le habían comentado sus amigos: en ese lugar hay una boa tan grande que sería capaz de devorarla. Sintió el miedo recorrer su cuerpo.

No lo pensó dos veces y se bajó de la boya. La tomó con sus manos y caminó por el sendero que está dentro de esa reserva ecológica.

La leyenda

Con el paso de los años, Madelyn se enteró de una leyenda que ronda aquel lugar. Buscó más información en internet y se topó con el relato de Melisa Bastidas, gestora cultural de la agencia Recordando Ando, de excursiones históricas de Pastaza.

“Hace muchos años, en donde ahora es la poza, vivía una familia amazónica. Los padres tenían una hija mayor con edad para casarse”, cuenta Bastidas.

Apareció un pretendiente, tan anciano, que fue rechazado por la chica y sus familiares. El hombre, ofendido, tomó ayahuasca (una bebida ancestral). En ese instante se le apareció una boa, con la que el hombre empezó a conversar.

Él le pidió a la gran serpiente que se transformara en hombre y enamorara a la chica. Ella, creyendo que era un ser humano, se fue con la boa y tuvieron hijos, sobre un árbol que lo hicieron su hogar.

Pero una hermana de la muchacha descubrió ese embrujo y se lo contó a sus padres que fueron a rescatarla. Ellos mataron a la boa, quemaron el árbol y los cadáveres de los animales cayeron al hueco que dejó la planta. La joven lloró tanto que sus lágrimas formaron la poza, según la narración de la gestora.

Lo paranormal

De ahí surgió la creencia de que cuando llueve mucho en Puyo, la boa podría surgir. “Es por eso que, cuando se realiza algún tipo de deporte, es común escuchar la advertencia de que todos deben tener mucho cuidado porque la boa que está en la poza puede salir y tragárselos”, dice Bastidas.

Ricardo Mera, especialista en temas paranormales, explica que este tipo de leyendas son transmitidas por los chamanes luego de experimentar algún tipo de sensación después de tomar la ayahuasca. “Hay ocasiones en las que la persona ve el espíritu de una serpiente enorme”.

Mera indica que estos temas también pueden ser analizados desde una rama de la parapsicología llamada criptozoología, la cual estudia y busca críptidos (animales extintos, mitológicos o folclóricos). “Sobran los ejemplos, como el monstruo del lago Ness, el hombre polilla, el yeti, entre otros”.