El panorama en la capital de la Provincia Verde es desolador: casas destruidas, personas damnificadas y un Municipio atado de manos. Así lo considera Lucía Sosa, alcaldesa de Esmeraldas, a dos días del embate de la naturaleza que hizo temblar a la ciudad... y a gran parte del país.

“Nosotros somos una zona cero y pedimos al Gobierno que nos ayude”, dice a EXTRA la funcionaria, quien aseguró que su administración tiene un déficit monetario de 50 millones de dólares.

Sosa dice que lo ocurrido no fue un simple sismo, sino que se trató de un terremoto con consecuencias catastróficas. Según el Instituto Geofísico, el movimiento telúrico fue de 6 grados, dos grados menos que lo que se sintió en 2016, pero que en esta ocasión produjo más estragos.

La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos hizo un balance de los daños y, hasta el mediodía de ayer, se determinó que el sismo dejó a 804 personas afectadas y a 332 damnificadas.

Sin edificio municipal

No solo eso. En cuanto a perjuicios estructurales, hay 42 viviendas destruidas y 214 afectadas. A ello se suman 6 bienes públicos, 6 centros de salud, 6 unidades educativas y un puente.

La alcaldesa Sosa agregó que entre los inmuebles perjudicados se encuentra el edificio del Municipio. “Recién quisimos arreglarlo después del terremoto ocurrido hace seis años y nuevamente nos pasa esta desgracia”.

Prácticamente, más de 1.000 empleados municipales se quedaron sin un lugar donde trabajar, a lo que la funcionaria pidió que les habilitaran un punto para atender al público. “Nos quedamos en la calle”, apostilló Sosa.