La tranquilidad de Puerto Limón, en las riberas del río Esmeraldas, fue interrumpida por un terrible hallazgo. Un hombre llamado Darwin Jeanpierre Soria Quiñones, apodado La Fragancia, fue localizado desmembrado y decapitado.

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Pero no solo eso. En los restos se notaban quemaduras de ácido y signos inequívocos de tortura. La crueldad del acto se intensificó cuando los perpetradores contactaron a los familiares para notificarles de aquel horrendo acto, sumiendo a la comunidad en un estado de terror y luto.

La tarde del 24 de marzo, les enviaron un mensaje al celular indicándonos que lo habían asesinado y el lugar donde estaba el cuerpo. “Fuimos y efectivamente allí estaba el cuerpo de mi hermano, lo habían asesinado con maldad”, contó Karen, ñaña de la víctima mortal.

Según información proporcionada por familiares, Soria Quiñones había desaparecido la tarde del jueves 21 de marzo último. Había salido de su casa a las 16:00 supuestamente con dirección a la playa Las Palmas, donde se iba a encontrar con amigos. Desde entonces, sus familiares perdieron contacto con él.

“No contestaba el celular y nunca llegó a la playa. Al parecer lo interceptaron en el camino, o lo llamaron y se dirigió a otro lugar”, expuso un familiar de la víctima, que pidió el anonimato.

Las autoridades emprendieron una investigación exhaustiva para dar con los responsables. Mientras tanto, los familiares de la víctima y la comunidad en general se enfrentan a un futuro incierto, esperando que la verdad salga a la luz.

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