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Los espectros no se van ni con ‘cazafantasmas’ de mítica casa en Guayaquil

Experto paranormal realizó una medición de energías en la famosa  vivienda 'embrujada' de Urdesa, ubicada entre Higueras y Costanera.

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A través de las varillas radiestésicas se comprobó que, pese al derrocamiento de la mansión, las entidades malignas no se han ido. Hay que hacer una limpia antes de levantar otro inmueble.Teddy Cabrera

No se van. Aunque se derrumbe y no quede un solo pilar o ladrillo en pie, los supuestos espíritus que habitan en la mítica "casa embrujada" de Urdesa seguirán en ese terreno, al que consideran su hogar.

Esa fue la conclusión a la que llegó el experto en fenómenos paranormales, Ronald Chávez, quien, junto a un equipo de EXTRA, llegó al inmueble ubicado en Higueras y Costanera, norte de Guayaquil, para realizar una sesión de medición de energías con unas varillas radiestésicas (de mangos de cobre y varas de Latón), técnica que detecta las radiaciones que emiten los cuerpos y las diversas formas de energía (posibles fantasmas).

Desde adentro de la casa nos están mirando y son varios, no quieren que entremos porque nos están vigilando. Aquí hay almas en pena, entidades oscuras que llegaron por rituales y a estos les gusta alimentarse de las energías de las personas”, manifestó Chávez.

El pasado 25 de febrero la Alcaldía de Guayaquil inició la demolición de la vivienda para asegurar la seguridad y salubridad de las personas del sector. Y es que la residencia, cuyo propietario fue la familia orense Ramírez Franco, está abandonada desde 1990. En este lugar se realizaron eventos de arte, conciertos, entre otras actividades.

Roberto, guardia de seguridad que llegó en 2017 a esa zona, aseguró que durante las noches ha escuchado gritos desgarradores de personas, de gente corriendo y ruidos de cosas que caen con fuerza.

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Él pensaba que se trataba de una familia que peleaba, pero nunca escuchó voces de personas. Por aquella razón, la curiosidad lo empujó a trepar una pared para buscar el lugar de donde provenían los alaridos.

“No imaginaba que había una casa embrujada. Después de que un compañero me contó lo que sucedía pude saber de dónde venía los gritos. Pensamos que con la demolición pasarían estas cosas, pero igualmente se siguen escuchando los gritos”, reveló.

TODAVÍA HAY ENTIDADES

Según el método de ‘contacto’, Chávez tomó con sus manos los palos y los mantuvo firmes (esto permite que su flexibilidad recepte estímulos externos). Luego se quedó estático delante de la casa, meditó por cinco minutos y lanzó la primera pregunta: “¿Tienen más de 30 años aquí?”.

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Ronald Chávez realizó una sesión de medición de energías con las varillas radiestésicas.Christian Vásconez

Las respuestas se pueden obtener por medio del movimiento del instrumento de ‘contacto’, explicó.

Es afirmativo si las varillas dejan de girar y si hacen lo contrario es negativo. Si las puntas se abren significa que hay entidades buenas, pero si se cruzan es porque el espectro es maligno. Y si dan vueltas sin parar es evidencia de que uno está cerca.

“Hemos entablado comunicación con ellos, están aquí con nosotros”, dijo Chávez luego de permanecer un minuto en silencio, mientras los palos daban vuelta sin parar. “La entidad está detrás del camarógrafo de EXTRA porque las varillas se paran levemente en esa dirección. Esta es maligna porque se quedaron abiertas las varillas”, explicó.

Al cabo de un momento tuvo la primera respuesta: “Las varillas se pararon, eso quiere decir que tienen mucho tiempo aquí”, afirmó el experto. Al instante, Chávez lanzó otra interrogante: “¿Hay más de 30 entidades aquí?”. La respuesta fue positiva.

Las réplicas sorprendieron a Chávez, pero se preocupó cuando le manifestaron que no se irán del lugar.

“Aunque se derrumbe la casa van a seguir aquí, por lo tanto, mi recomendación es que cuando se construya algo se haga una limpia para que estas entidades vayan a su mundo. Estas no son buenas”.

Chávez y el equipo de EXTRA intentaron ingresar a la edificación, que está parcialmente desmantelada, pero las entidades se enojaron. “Están que nos miran. No se puede entrar porque la construcción es peligrosa y pueden usar elementos de la casa para hacernos daño. En esta casa se abrieron portales místicos por donde pasaron estas entidades malignas. Ellos se han adueñado de la casa”, finalizó.