Que las comunicaciones con mensajes extorsivos provienen desde el interior de la cárcel es lo único que se sabe hasta ahora en torno a la investigación de los atentados y amenazas que han recibido varios comerciantes en el cantón Babahoyo, Los Ríos.

De ahí que los perjudicados dicen sentirse desprotegidos porque, según ellos, no han recibido el acompañamiento que esperaban, incluso después de poner la denuncia en la Fiscalía.

El último caso que se hizo público fueron las amenazas que recibió la esposa del propietario de un asadero de pollos, ubicado en las calles Ricaurte y Juan X. Marcos, en el cantón Babahoyo, provincia de Los Ríos.

La mujer relató que la noche del lunes 27 de septiembre recibió un mensaje en el que le pedían dialogar con su esposo. “Me decían que le pregunte a mi marido ‘si quería plomo o hablar por la derecha’. Y lo que hice fue bloquear esa comunicación”, relató la afectada.

Pero luego la dueña del negocio se enteró que de ese mismo número también le habían escrito al propietario del local de motos que balearon en la ciudadela El Mamey. En ese caso, el monto que exigían era de 30.000 dólares con un tiempo máximo de entrega de 24 horas.

Frente a estos hechos, el jefe de la Subzona Los Ríos No. 12, coronel William Martínez, detalló que la Unase está en la búsqueda de los autores materiales e intelectuales de los casos de extorsión y atentados que se han cometido durante esta última semana.

El jefe policial confirmó que las llamadas se realizan desde las cárceles, pero estos líderes también tienen a personas en territorios que son las que ejecutan los atentados. “No es una modalidad nueva, pero creemos que ha tomado fuerza a raíz de la pandemia, donde personas hacen lo que sea para conseguir dinero. Pedimos a las víctimas poner la denuncia para así saber a quiénes nos enfrentamos”, informó el comandante. (TOF)