El repliegue al que fueron obligados militares ecuatorianos, en Sucumbíos, ante la presencia de más de 200 exguerrilleros ha demostrado que Ecuador está invadido por una segunda disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC): el Frente Carolina Ramírez.

El hecho se registró a las 16:00 de este 4 de junio, cuando una patrulla de la Brigada de Selva 56 Tungurahua, acantonada en la parroquia Santa Cecilia, perteneciente a Lago Agrio, en Sucumbíos, hacía un recorrido en nuestro territorio.

Según información recogida en un informe militar preliminar, los 35 soldados voluntarios, al mando de dos oficiales, tuvieron un desagradable encuentro con el grupo de desmovilizados de las FARC. Un video captó el tenso momento y se evidenció cómo los soldados nacionales tomaron posición para repeler un posible ataque.

“No vayan a disparar porque estamos hablando”, gritó un disidente colombiano, pese a que ellos tenían la superioridad numérica y de armamento. Según el informe militar inicial, los dos grupos de combate ecuatorianos se toparon con 210 delincuentes con armas de grueso calibre y hasta con drones de última tecnología para la guerra.

Los uniformados no tuvieron más opción que, primero, brindarse seguridad entre ellos. Luego de esto, entablaron un diálogo con los subversivos, de quienes se logró la captura de uno de sus integrantes y que fue entregado a las autoridades. Sin embargo, en la función judicial no se reflejaba, hasta ayer, que se hubiera abierto un proceso legal en contra del sujeto armado.

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Disidentes enemigos: Comandos de Frontera y Frente Carolina Ramírez

El diálogo con los armados del Frente Carolina Ramírez evitó una masacre que pudo tener mayores bajas como las registradas el 9 de mayo, en Alto Punino, sector de la provincia de Orellana. Allí, miembros del grupo armado Comandos de la Frontera (CDF), dedicados a la minería ilegal, emboscó a integrantes de la Brigada de Selva 19 Napo, acantonada en El Coca (capital de Orellana), y asesinó a 11 uniformados.

Desde esa fecha, las operaciones en la zona fronteriza se incrementaron, manifestó el Ejército ecuatoriano tras el encuentro con el Frente Carolina Ramírez. Lo alarmante es que ambos grupos armados son enemigos. Debido a esto, y con el encuentro en zona no fronteriza, la preocupación crece debido a que esta disputa podría también extenderse a nuestro país.

Y para comprender un poco la dinámica entre ambas agrupaciones, se debe conocer el contexto en el que surgieron. Según el portal de investigación Insight Crime, en Colombia se conformaron dos grandes bandos disidentes que se negaron a firmar el tratado de paz con el gobierno de ese país, durante 2016. El uno se llama Estado Mayor Central (EMC) y la otra es la Segunda Marquetalia.

Comandos de la Frontera forma parte del EMC mientras que el Frente Carolina Ramírez es de la otra facción. “CDF mantuvo una alianza con la Segunda Marquetalia, liderada por Luciano Marín, alias Iván Márquez. Sin embargo, los CDF rompieron con la Segunda Marquetalia en noviembre de 2024, por divisiones sobre las negociaciones con el gobierno".

El nivel de penetración de las disidencias en Ecuador

El informe preliminar militar precisa que el encuentro con los subversivos del Frente Carolina Ramírez se registró en un sitio llamado La Barquilla, en suelo ecuatoriano, perteneciente a la provincia de Sucumbíos.

Según las coordenadas que se revelaron en el detalle, al que EXTRA accedió, esto queda a una distancia aproximada de 20 kilómetros (en línea recta) desde la frontera con Colombia hasta nuestro territorio. Eso da cuenta del gran avance que ha tenido esta disidencia, pero que no se ha revelado el motivo por el que fueron hallados tan adentro de Ecuador.

Para Ernesto González, exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, uno de los probables motivos para su ingreso fue hacer un recorrido para el abastecimiento de tipo logístico. “Esto no es nuevo y estas personas pudieron estar buscando los insumos para el tráfico ilegal de armas o de drogas. Así también otras cosas como alimentos para los miembros del Frente”.

González considera también que la presencia de Fuerzas Armadas (FF.AA.) en la línea fronteriza no ha sido la misma, tras la declaratoria de conflicto interno contra bandas criminales en 2024, por parte del actual presidente Daniel Noboa. “No debemos descuidar ningún frente porque estamos ante una situación sumamente compleja”.

Según un informe de la Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional (GI-TOC, por sus siglas en inglés), ha existido un debilitamiento de la resiliencia del Estado para hacer frente al crimen organizado. Es decir, que las instituciones y mecanismos para combatir a los delincuentes tienen una menor capacidad para resistir y responder efectivamente a las actividades delictivas organizadas

Alberto Acosta, político y analista, considera que este tipo de bandas, internas o de origen externo como ambas disidencias, deben ser combatidas de forma enérgica. “Hay una total falta voluntad política y capacidad de gestión para enfrentar al crimen organizado, por ejemplo a la minería ilegal. Se conoce en dónde hay esa actividad ilícita desde hace años y se le ha tolerado”.

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