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Violencia que termina en muerte
60 mujeres han perdido la vida en lo que va del año. Por esto, 74 niñas, niños y adolescentes quedaron en la orfandad.
Eliana Barreto no ha podido curar sus heridas físicas ni emocionales, después que fuera golpeada por su expareja el mes anterior.
La mujer contó cómo Raúl Escobar rompió dos puertas para llegar hasta ella y golpearla contra el inodoro repetidas veces. “Me revisaba el celular y si veía un ‘me gusta’ o algo, se enojaba mucho”, contó.
El proceso hasta ahora ha sido difícil para la víctima. Sobre todo porque en la audiencia de juzgamiento realizada el 14 de septiembre pasado, el agresor solo recibió 60 días de cárcel. Nada más.
“Estaba totalmente aterrada y asustada. Me dijeron que iba a perder el ojo”, relató.
Por suerte, la joven no pasó a ser parte de las terroríficas estadísticas de femicidio en el Ecuador. Y es que las cifras aterran: 572 mujeres han muerto desde el 2014 hasta septiembre de este año, según la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (Aldea), con sede en Quito.
Esto significa que, en promedio, cada tres días una mujer es violentamente asesinada por razones de género, señala el estudio.
Después de varios días, Eliana tiene pendiente la operación de su nariz debido a una fractura y todavía no sabe si las patadas que recibió en la cabeza tendrán consecuencias a largo plazo.
“Este es un atentado contra las mujeres para que nos sigan matando y nos sigan haciendo daño. No es justo”, dijo Eliana al salir de la audiencia, en el complejo judicial de Carapungo, mientras buscaba el abrazo de su madre.
El proceso
El agresor se acogió al procedimiento abreviado en el que se declaró culpable, por lo que la pena quedó en dos meses.
Sin embargo, para Fernanda Narváez, quien ahora representa a Eliana en el caso, es una condena irrisoria para el grado de daño que recibió la víctima.
“Como no estuvimos presentes no sabemos qué pasó en la audiencia. Pedimos los audios porque las actas todavía no están listas”, dijo la nueva abogada.
Sin embargo, en el expediente consta que ya hubo una boleta en contra de Escobar, y que en 2016 cumplió 7 años de prisión.
“La fiscal formula cargos por lesiones, cuando lo correcto hubiese sido que el cargo sea de femicidio en grado de tentativa”, sostuvo.
Para ella, que pertenece a la fundación Idea Dignidad, este caso es solo una parte visible de la violencia contra las mujeres en el país.
“Ella decidió hacerlo público para hacer más presión, pero hay otros casos que no conocemos”, dijo Narváez.
Revictimización
A partir de que las fotos y el video donde se ve la violencia ejercida sobre ella, las reacciones han variado desde el rechazo contra Escobar e incluso contra a Eliana.
“El proceso ha sido revictimizante no solo en lo legal, sino una reacción de culparla a ella”, dijo Narváez.
En este sentido, para ella, este caso enciende las alarmas, pues la normalización de la violencia contribuye a la impunidad, ya que según las cifras oficiales los femicidios han disminuido, pero no reflejan la realidad.
“La respuesta de la justicia es ineficaz, no repara y no ayuda a las víctimas”, manifestó.
El deseo de la defensa es que se cambie la tipificación del delito de violencia y lesiones, a tentativa de femicidio, pero aún deben evaluar el expediente para echar a andar mejores estrategias.
Hace pocos días, Aldea hizo público un mapa de femicidios, como resultado del monitoreo realizado por la Red de Casas de Acogida, la Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos (Cedhu). Allí se destaca que en lo que va del 2018, 60 vidas de mujeres se han perdido por la violencia.
De este rubro, el 7 % de las víctimas eran niñas de 0 a 5 años de edad, el 62 % tenían de 15 a 36 años. Como consecuencia de aquello: 74 niñas, niños y adolescentes quedaron en situación de orfandad y necesitan atención, protección y reparación.
Además, el 83 % de los casos los femicidas fueron sus parejas o exparejas y en el 10 %, los femicidas fueron los padres o padrastros de las víctimas.
Psicóloga
Cómo salir de relaciones tóxicas
Culpar a la víctima es una de las reacciones de la sociedad. Según la psicóloga Alejandra Burbano, en estos casos es necesario analizar el entorno social y familiar de las personas que componen una relación tóxica.
Ella plantea que la agresión es progresiva, es decir, que poco a poco el victimario va mermando la confianza de su pareja.
“Crea una falsa percepción de soledad, incluso la aleja de sus redes de apoyo, haciéndolas sentir que no tienen a nadie”, sostiene.
Esto se refleja en el “qué puede merecer o qué se puede conseguir”, sumado a la vergüenza de lo que se ha llegado a tolerar. “Es difícil reconocer lo que me ata a otra persona. Además, con una sentencia de dos meses las demás mujeres van a sentir que no vale la pena denunciar”, expresa
Para romper este círculo lo más importante es reconocer el problema y buscar ayuda.