El defensor del pueblo Freddy Carrión fue censurado y destituido por la Asamblea Nacional. No lo pudo evitar Salvador Quishpe, ni aun dividiendo a su bancada. Por la mañana, Pachakutik había anunciado su apoyo a la censura mediante un comunicado público en las redes sociales. 

Sin embargo, cuando arrancó el debate, pasadas las ocho de la noche, Quishpe llamó a defender al funcionario: “No vamos a votar en contra de nuestra lucha -dijo-. Aquí está claro: este juicio político es por el informe (sobre octubre de 2019) donde se incluyen delitos de lesa humanidad al gobierno anterior”. El resultado: 14 asambleístas de Pachakutik se abstuvieron. No fue suficiente: la moción de censura contó con 75 votos. 47 correístas votaron en contra. 

El defensor del Pueblo fue llevado a juicio político por su participación en los bochornosos hechos ocurridos entre el 15 y el 16 de mayo pasado. Esa noche, mientras regía el toque de queda decretado por la emergencia sanitaria de la pandemia, Carrión y el exministro de Salud Mauro Falconí protagonizaron una pelea de borrachos en el departamento de este último, al término de la cual Carrión terminó siendo acusado de abuso sexual por la pareja del anfitrión. El funcionario acudió a esa fiesta en su vehículo oficial y con sus escoltas. 

Desde la cárcel 4 de Quito, ha continuado ejerciendo su cargo, mediante delegación a sus abogados para que utilicen su firma electrónica y su correo institucional, razón por la cual también fue juzgado en la Asamblea.

En la maratónica sesión, que arrancó a las ocho de la mañana y concluyó pasada la medianoche, el hoy exdefensor del Pueblo jugó la carta de la persecución política. Acusó a sus interpelantes de participar en un esquema de reparto de las direcciones provinciales del organismo, despachó una no solicitada rendición de cuentas en la que cargó la tintas en las acciones en defensa de la igualdad de género y dedicó buena parte de su intervención a los hechos de octubre de 2019. Los interpelantes Yeseña Guamaní, de la Izquierda Democrática, y Ricardo Vanegas, de Pachakutik, declinaron su derecho a la réplica.