El asesinato de José Perdomo seguía siendo un misterio para los moradores de San Juan, barrio del centro de Quito. La gente no estaba segura de cuáles fueron los motivos para que aquel hombre, de nacionalidad venezolana, haya sido baleado dentro de un inmueble en las calles Guatemala y Joel Monroy.

“Es la primera vez que escucho que haya ocurrido un hecho como este”, refirió ayer Jesús Arteaga, un morador que caminaba cerca del punto en donde se registró la balacera. Según él, la zona es tranquila.

Pero esa aparente calma se trastocó a las 17:00 del martes, cuando Perdomo fue atacado. “A esa hora se oyeron unos cuatro o cinco disparos pero bastante fuertes”, comentó un residente, quien evitó dar su identidad por precaución.

Rompió su celular

Los policías del circuito El Placer fueron al sitio apenas les alertaron desde el Sistema ECU-911. A su arribo conversaron con uno de los residentes de la casa en la que se cometió el crimen y les contó que solamente había escuchado aquellas detonaciones.

Al salir para verificar esa novedad, se encontró con el cuerpo sin vida de Perdomo, quien tenía 32 años. De manera preliminar se presume que la víctima habría discutido con otro individuo y fue en ese momento que le descargaron la ráfaga de tiros.

Los agentes verificaron el cadáver y detallaron en su informe que la parte más afectada era el cuello. Al tiempo, los parientes que estaban en el sitio lo reconocieron.

Cuando los gendarmes se acercaron a una allegada del fallecido para preguntarle más datos, ella reaccionó de una manera poco usual. La mujer tomó su celular y lo arrojó al piso para romperlo. “Tenía una actitud agresiva y poco colaboradora”, relataron los policías en su detalle informativo.

Dentro de las pericias realizadas, se supo que Perdomo tenía antecedentes penales por tráfico de sustancias estupefacientes. Según la Judicatura, en octubre de 2017 el hombre fue detenido en el parque El Ejido, centro - norte de Quito.

Los policías lo investigaban porque recibieron una denuncia en la que referían que el venezolano se dedicaba a la venta de droga. Al revisarlo, le hallaron marihuana y, tras entrevistarlo, Perdomo los llevó hasta su domicilio, donde se hallaron más evidencias.

Por este caso, le sentenciaron a un año con cuatro meses de prisión.