Bocarriba y al pie de un poste de alumbrado público, quedó el cuerpo sin vida de Carlos Fabara. La víctima apodada como ´Chacal´, era un peruano de 26 años de edad. Había  sido abatido con tres disparos de arma de fuego, dos en el tórax y uno en el brazo derecho, según los datos preliminares.

El hecho se reportó a las 22:10 del martes 8 de marzo, desde las calles Cañaris entre la avenida Jaime Roldós y Cañaverales, cantón Gualaceo, a 42 kilómetros de Cuenca.

Según los residentes del barrio, a esa hora había pocos transeúntes y mucho silencio, hasta que de repente, escuchó el sonido del motor de una motocicleta, seguido de tres detonaciones de arma de fuego. Esto asustó al vecindario. Quienes salieron primero de sus viviendas, dijeron haber visto huir del lugar a una moto con dos ocupantes, con dirección hacia Cuenca.

Se trata de una muerte violenta, al estilo sicariato, la primera que se registra en Gualaceo, adujo Cristian Coba, mayor de Policía a cargo del distrito del cantón azuayo.

Explicó que en el lugar se hallaron tres indicios balísticos y el cuerpo de la víctima presentaba tres orificios similares a los de la salida de proyectiles.

El asesinato se habría registrado “luego de la discusión verbal de la víctima con una mujer”, anotó el jefe policial de la jurisdicción, amparándose en datos que habría entregado una hija del fallecido.

No hay detenidos al momento. Las investigaciones a cargo de los agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased), Criminalística y Policía Judicial, determinarán las circunstancia y motivos de la muerte, concluyó Cristian Coba, el momento en que el cadáver era llevado en un vehículo de ciencias forenses hasta la morgue de Cuenca.