Guayaquil ha experimentado temperaturas máximas que superan los 34 grados centígrados cada día durante abril del 2024. Con estos ‘solazos’, resulta difícil imaginar cómo sería ‘cuerpear’ en un pequeño cuarto de la zona de tolerancia conocida como La 18, ya que naturalmente se pensaría que el lugar es un ‘sauna’ extremadamente caliente.

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No obstante y pese a lo ‘apretado’ de la economía, este centro de diversión para adultos asegura estar en constante mejora para sus clientes, que han disminuido debido a factores como la pandemia, el conflicto armado interno, la competencia ilegal de chicas en la calle 17, los cortes de energía y ahora el calor.

“Para mí, esto ya no es un salón de mala muerte; es una empresa que ofrece servicios de placer y diversión”, explica Luis Guanín, secretario de la Asociación de Propietarios de Locales de Arriendo para Servicios Varios del Barrio Salinas, conocido comúnmente como La 18.

Guanín conoce la realidad del negocio y los efectos de las altas temperaturas, ya que es dueño de un local de dos plantas. El primer piso funciona como un bar llamado El Cartel, mientras que el segundo es el lugar para tener intimidad con las ‘cariñosas’ y se llama Citas Íntimas Don Lucho.

Este negocio cuenta con cuatro habitaciones. Cada una mide 2 metros de ancho por 3 de largo y cuenta con un ventilador individual y ventanas. Recientemente instaló un acondicionador de aire que apunta a su oficina y parte del pasillo de las habitaciones, y planea colocar otro a fin de mes, ya que considera que “es importante mantener cómoda a la mano de obra”.

Sin embargo, Don Lucho (como es conocido) lamenta que no todos los 59 locales que conforman La 18 hayan implementado sistemas de climatización. “Lo bueno no lo copian... solo quieren dinero. Para ellos es un gasto; para mí, una inversión”, sostiene. Por eso felicita a aquellos locales que sí han instalado sistemas de aire acondicionado por esta ola ‘infernal’ de calor.

Angie, de ojos claros y contextura gruesa pero cintura fina, es una sexoservidora que ‘camella’ con Guanín, y confirma que el calor en el Puerto Principal ha provocado una reducción de clientes. Comenta que algunos han optado por ir a otros lugares donde se sienten más frescos, ya que piensan que en La 18 no hay una buena ventilación.

Pero ella ha implementado una ‘estrategia de ventas’ que consiste en enganchar a los clientes asegurándoles que, aunque afuera haga un ‘solazo’, en su habitación hay aire de sobra.

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“Don Lucho, yo soy gordita y voy a terminar flaquita con estos calores”, le dijo Angie a Guanín cuando empezaron las altas temperaturas, desde marzo. Hasta entonces, tenía que pedirles a los clientes que hicieran pausas durante el ‘palito’, porque se ahogaba de calor.

Naty labora en otro bar del barrio Salinas. Desde que comenzó la temporada de sol intenso, prefiere trabajar solo por las noches, así sea un par de horas apenas, ya que La 18 solo abre de 11:00 a 20:00, debido a que no soporta el ‘voltaje’ de un trabajo que, de por sí, implica sudar.

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