Fue a finales de enero de 1985 que el papa Juan Pablo II ofició una misa en el sitio donde hoy se asienta la parroquia católica Beata Mercedes de Jesús Molina, en la ciudadela Samanes 5, del norte de Guayaquil.

Por eso, en su honor existe una escultura en el denominado Templete Papal, pero no es lo único que, en la actualidad, hay en la zona, pues entre la iglesia y una capilla existe un local de alquiler en el que funciona un negocio de venta de comidas rápidas, de origen árabe.

Y fue a este sitio que, a las 21:00 del martes 18 de enero, acudió junto a su esposa el sargento Freddy Daniel Laaz Vélez, comando del Grupo Especial Móvil Antinarcóticos (GEMA) y del Servicio de Protección, para disfrutar de unos shawarmas, pero tres delincuentes llegaron para asaltar a los comensales y alteraron sus planes.

El oficial, quien había culminado su turno de labores a las 18:00, decidió actuar ante la amenaza y evitó que se cometiera el delito, pero los pillos sacaron armas de fuego y lo atacaron, pero la reacción del agente fue rápida y, con seis disparos, logró eliminar a uno de los sospechosos, identificado como Josué Rafael Arízala Pérez, de 35 años y con cuatro antecedentes por robo.

Sin embargo, el otro individuo habría conseguido impactar, por una sola ocasión, el tórax del comando Laaz, quien se desplomó junto a una de las puertas que lleva a una capilla.

Su esposa, desesperada, empezó a gritar y a clamar por ayuda. En menos de dos minutos llegaron compañeros del sargento y gestionaron su traslado inmediato a un centro médico del sector, pero en el trayecto falleció.

No hay grabación

Junto al lugar de los hechos hay por lo menos dos cámaras de seguridad, que pertenecerían a la comunidad católica, pero estas se encontraban fuera de servicio y por eso no hay un registro fidedigno que muestre, de manera audiovisual, el actuar de los delincuentes.

No obstante, los testigos informaron a la Policía que los criminales habrían escapado en un automóvil blanco. Con ese detalle, tomando en cuenta la hora del suceso, los investigadores analizarían las grabaciones de cámaras en sectores aledaños.

Ayer por la mañana, el comandante zonal de la Policía, general Fausto Buenaño, confirmó que en base a indagaciones preliminares obtuvieron la identidad de otro de los participantes en el hecho violento.

También reveló que se ejecutaron dos allanamientos, en los que habían encontrado teléfonos celulares y prendas que los delincuentes habrían utilizado durante el acto ilícito.

Era protector

El comando Laaz se dedicaba a la protección personal de funcionarios de alto riesgo. Su última misión fue cuidar, a diario, de la vida de un juez de la Unidad Penal Norte, cuya identidad ha sido mantenida bajo reserva.

También fue custodio de la fiscal María de Lourdes Coloma, quien se dedicaba a la investigación de casos de delincuencia organizada y transnacional. Ella, ahora jubilada, en sus redes sociales lamentó lo ocurrido e hizo un pedido a las autoridades para que este hecho “no quede en la impunidad”.

Y concluyó: “¿recuerdan cuando en 2010 y 2011 empezaron a matar policías? Se creó una unidad con señores policías, liderados por dos agentes fiscales (ella y Julio Vacacela). ¡Batallamos duro contra estos execrables delitos! Y policías como Danny Laaz nos cuidaron de las consabidas amenazas”.