Ricardo Homero Enríquez Zapata no gozó de su franco, este sábado 26 agosto. Decidió ganarse un dinero adicional y aceptó cubrir el turno de un compañero, sin imaginar que esta sería la peor decisión de su vida. 

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Mientras custodiaba a los trabajadores de una empresa que realiza la instalación de tuberías para agua potable en el bloque 6 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil, fue sorprendido por delincuentes, quienes no conforme con robarle su arma de dotación, le dispararon.

Un testigo relató que llegaron alrededor de 15 maleantes en motos y otros a pie, y que les robaron a los trabajadores, por lo que Ricardo trató de repeler la acción y fue en ese momento en que le dispararon. 

“Se les llevaron las armas a los guardias y la camioneta donde estaban. A seis cuadras se les bloqueó, los delincuentes salieron corriendo y dejaron botado el carro”, dijo.

Un allegado dijo que Ricardo residía en el sur de la ciudad y que tenía tres hijos, uno de ellos menor de edad.  "No debía trabajar, pero lo hizo por ganarse un dinero extra", afirmó el familiar. (AEB)

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