La vía Perimetral de Guayaquil dejó de ser el lugar que los criminales utilizan para abandonar los cuerpos de sus víctimas, posiblemente por la alta circulación de vehículos y las cámaras de videovigilancia que actualmente tiene la arteria en diferentes puntos.

Hasta la primera década del nuevo milenio eran comunes esos espeluznantes casos en la vía, razón por la cual la ciudadanía la bautizó con el mote de 'Perimortal'. Pero ahora no se escuchan más, pues cuando han existido hechos de ese tipo, se han suscitado en diferentes sectores de la urbe, sin repetir un sitio específico.

Sin embargo, eso cambió esta semana, pues los días martes 30 y miércoles 31 de marzo asesinaron y dejaron a dos hombres en un mismo sector, a menos de 300 metros.

Los cadáveres fueron abandonados junto a una vía sin nombre que está en medio de cerros, arrozales y fincas, en el noroeste guayaquileño, entre los sectores Ciudad de Dios y Monte Sinaí, donde además hay un campamento militar, cuya labor es evitar nuevos asentamientos.

Entre arrozales

Daniel Mota, quien desde hace cuatro meses tiene un arrozal en el sector, afirma que en este tiempo han existido cuatro casos similares. “Todos por esta misma zona, porque por aquí hay poco control”.

El penúltimo caso fue el de un hombre que el pasado martes fue asesinado a un costado de la vía y no ha sido identificado. Los agentes hallaron siete indicios de balas.

Al día siguiente, en cambio, mataron a Darío Javier Santana Peña, de 20 años, quien tenía una boleta de detención vigente, con “fines investigativos”.