El Hospital Teodoro Maldonado Carbo, uno de los principales centros médicos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en Guayaquil, permanece sin energía eléctrica desde las 03:00 de este martes 20 de mayo. La falta de luz ha paralizado completamente la atención médica y ha generado caos entre los pacientes que madrugaron en busca de atención.

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Delia Paz, una paciente oncológica, llegó desde temprano para realizarse un examen de sangre necesario para recibir su quimioterapia el martes. Sin embargo, no pudo acceder al servicio.

“Me siento angustiada de que no pueda hacerme la quimioterapia, esto me afecta mucho”, relató con preocupación.

Pacientes vulnerables, a la intemperie y sin respuestas

La escena en los exteriores del hospital es de desolación: adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas esperan en las veredas, bajo el sol y expuestos al polvo que levanta una obra vial en la calle contigua. Muchos no han desayunado y algunos refieren sentirse al borde del desmayo.

La incertidumbre aumentó hacia las 09:00, cuando los guardias del hospital informaron que no solo se trataba de un corte de energía, sino también de una falla en el sistema informático, lo que imposibilita la atención en todas las áreas.

Hasta el momento, ninguna autoridad del IESS ha salido a ofrecer una explicación oficial ni a informar sobre la situación de los pacientes hospitalizados, en especial aquellos que se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Posibilidad de sabotaje en apagón del hospital del IESS

Pasadas las 09:00, más de seis horas después del inicio del corte, el Defensor del Pueblo del Guayas, Gonzalo Ortega, llegó al hospital para verificar la situación y exigir que se restablezca la atención a todos los pacientes citados. Según declaró a EXTRA, la atención médica se reanudó tras la solución del problema eléctrico.

Pero el hecho no quedó ahí. Ortega reveló que existen dos hipótesis sobre el origen de la interrupción: un posible cortocircuito o un presunto sabotaje vinculado a presiones internas por la firma de un contrato colectivo entre el hospital y un grupo de trabajadores. “Se habla de un sabotaje para presionar con la firma del contrato”, indicó.

La posibilidad de un sabotaje agrava la situación, pues ya no se trataría solo de una falla técnica, sino de un acto que podría haber puesto en riesgo la vida y salud de cientos de personas. “Los directores del hospital deben presentar una denuncia en la Fiscalía. Esto debe investigarse, no se puede atentar contra la salud de los pacientes”, advirtió Ortega.

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