El fuerte malestar que sentía en la parte baja del abdomen y la supuesta sugerencia de un allegado, llevaron a Juan Fernando Luzuriaga Medina, de 42 años, a terminar en las manos de un médico que ahora es indagado por la Fiscalía, para conocer si actuó o no de la manera correcta, luego de que el paciente falleció.

Los familiares de la víctima afirman que se trataría de un homicidio culposo por mala práctica profesional, presuntamente cometido por el doctor Luis Medina, en la clínica Santa Gema, del sur de Guayaquil, el pasado 30 de agosto.

Es lo que ellos han denunciado y busca esclarecer la Unidad Novena de Garantías y Personas, del Ministerio Público.

Para el jurista David Bayona Plúas, representante legal de los deudos, el procedimiento “no contó con los exámenes médicos necesarios, como electrocardiogramas, (análisis de) tiempos de coagulación y tampoco se realizó un consentimiento informado”.

Y solo con este último punto, menciona el representante legal, “ya es una negligencia (...). Una vez que el doctor hace un hallazgo dentro su procedimiento (cirugía laparoscópica de vesícula), se debe informar a sus familiares o al paciente si este se encuentra consciente. En este caso, el señor estaba en plena operación”.

Bayona explica que mientras se llevaba a cabo la operación, al paciente se le realizó una biopsia tras un supuesto hallazgo y “eso causó que (Juan Fernando) tenga una hemorragia interna y fallezca de un shock hipovolémico”.

El abogado aclara que el paciente fue sometido a dos operaciones: la primera en la clínica Santa Gema y la segunda en un hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), donde habrían “tratado de salvarle la vida, pero ya fue muy tarde”.

En el quirófano

El abogado Bayona precisa que en la primera operación habrían participado tres personas: el médico, un anestesiólogo y un obstetra, quien según él no habría tenido preparación para una intervención de este tipo, porque supuestamente “es alguien que se dedica a partos, embarazos...”.

Finalmente, cuestiona que la operación no se habría efectuado de manera inmediata, sino que se habrían dejado pasar 8 horas antes de la operación, tiempo en el que “le pudieron haber mandado cualquier tipo de examen para determinar que no se debía operar a un paciente en ese estado y mandarlo a una unidad de cuidados intensivos”. (SCM)