“Auxilio, ayuda, llamen a mi mamá, socorro, ayúdenme”, gritaba desesperado Kenneth, a las 06:00 de ayer. El joven, de 21 años, estaba internado entre los arbustos de un cerro, había escalado 30 metros y sus alaridos despertaron y alarmaron a los moradores de la cooperativa Vista Alegre, situada al oeste de Guayaquil.

Carolina Sánchez fue una de las primeras habitantes de este sector en salir de su casa para ver qué ocurría. Al mirar hacia la copa de la colina observó la silueta de una persona, era el mismo joven que minutos antes había visto junto a una chica.

“Al muchacho lo vimos corriendo, estaba con una joven. Andaba descalzo. Caminó hacia el cerro. Parecía que le pasaba algo, como que estuviera drogado, porque se tambaleaba”, dijo la moradora.

Otra habitante contó que observó cuando el muchacho se metió entre los árboles y que media hora después se escucharon sus gritos de auxilio. “Al parecer, se arrepintió y ya no quiso lanzarse, pero no pudo bajarse solo y se desesperó”, agregó.

Samuel Villacrés, también residente de esta zona porteña, comentó que el desesperado joven gritaba que llamen a su madre y desde arriba dictó su número de celular. “La vecina llamó a la mamá del muchacho. La señora vino a los pocos minutos. También llegaron los Bomberos y la Policía. En este sector llegan personas para consumir, hay muchos hacheritos”, acotó.

La labor de rescate fue realizada por personal del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. El joven fue subido en una ambulancia y llevado a una casa asistencial.