“Tu eres perla que surgiste del mas grande e ignoto mar…”. Así comienza uno de los himnos no oficiales más entrañables para los guayaquileños. Interpretada por el icónico Julio Jaramillo, esta canción ha trascendido generaciones, pero pocos conocen la historia real que hay detrás de su letra y melodía.

Un poema convertido en pasillo

La canción 'Guayaquil de mis amores' nació originalmente como un poema escrito por Lauro Dávila, un lojano que llegó a Guayaquil en su juventud y quedó profundamente enamorado de la ciudad.

Dávila dedicó estos versos a su esposa, la guayaquileña Lastenia Loor, con quien compartió su vida. Así lo confirmó el escritor Ángel Emilio Hidalgo, quien ha investigado a fondo la historia de esta obra. En una entrevista en 2016 con Diario EXPRESO, Hidalgo señala: “Fue un poema que escribió para su esposa y que luego fue musicalizado por Nicasio Safadi”.

El toque musical de Nicasio Safadi

Safadi fue uno de los grandes pioneros de la música popular ecuatoriana. Él, junto con su compañero Enrique Ibáñez, formó el famoso dúo Ibáñez-Safadi y ayudó a convertir el poema en un pasillo, género emblemático de la identidad ecuatoriana.

Safadi capturó la melancolía, el romanticismo y el orgullo de la letra, lo que la convirtió en un símbolo para quienes han nacido en la Perla del Pacífico.

Julio Jaramillo, la voz inmortal

Décadas después, fue Julio Jaramillo quien inmortalizó la canción. Su interpretación añadió una carga emocional tan profunda que hizo que la canción se identificara directamente con él.

Para muchos, escuchar a Jaramillo cantando Guayaquil de mis amores es como oír la voz misma de la ciudad. En palabras del historiador guayaquileño Melvin Hoyos, “Julio logró que esta canción se convirtiera en el alma sonora de Guayaquil. Nadie la cantó con tanto sentimiento como él”, dijo a Ecuavisa.

Más que una canción, una declaración de amor

Hoy, Guayaquil de mis amores suena en actos cívicos, escuelas, festividades y hasta funerales. No importa cuántas versiones se graben, la interpretación de Jaramillo sigue siendo la más querida. Es una canción que no solo canta a una ciudad, sino que también recuerda el amor, el arte y la identidad de quienes la hicieron posible.

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