Para el atentado en el que murieron 10 personas y otras 10 resultaron heridas, registrado la noche del sábado 30 de marzo en la cooperativa Mariuxi Febres-Cordero, en el Guasmo sur de Guayaquil, los sicarios utilizaron un fusil HK y municiones 7.62 de origen ruso y de uso militar.

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Así lo informó a EXTRA una fuente policial, de alto rango. Explicó que los matones se movilizaban en un vehículo Chervolet Spark gris, el cual estaba plaqueado y que las balas que penetraron el cuerpo de los 20 ciudadanos, podían afectar a más de una persona.

“Utilizaron municiones que pueden traspasar más de un cuerpo. En Ecuador este tipo de armamento ha sido usado solo por una organización criminal, Los Choner Killers, pero esta banda no opera en esa zona, por lo que preocupa que otras agrupaciones ya estén utilizando el mismo armamento. Además, la placa del carro es de un vehículo que está en Imbabura”, indicó el investigador.

Las dos estructuras delictivas que operan en esa zona del Puerto Principal, donde desde el domingo en medio de lágrimas y desconsuelo se velan los cuerpos de las víctimas, del atentado catalogado como un acto terrorista por la Policía, son Los Lagartos y Mafia -18.

“Las víctimas no tenían antecedentes, en la labor de vecindario hecha por nuestro personal también se pudo conocer que eran personas que no andaban en actos delictivos, es decir, la intención era generar terror, como ya está ocurriendo en otras ciudades. Durante la Semana Santa, hubo 130 crímenes, en Ecuador; en Guayaquil, Naranjal y en las provincias de Manabí y Los Ríos hubo eventos múltiples”, dijo el oficial.

En el hogar de la familia Yumbulema Lara, ubicado a media cuadra de donde se registró el atentado hasta hoy, son velados los restos del mayor de sus integrantes: Luis Yumbulema Lara y de su nieto Édison Carrillo, ambos habían salido minutos antes de su casa para ver a sus vecinos jugar.

“Mi papá como de costumbre cogió su silla blanca y se sentó a mirar a los vecinos, mi hijo lo acompañaba siempre, él era un chico sano, se graduó hace dos semanas del colegio. Soñaba con ir a la universidad”, lamentó Neida Yumbulema, hija y madre de las víctimas. (AEB)

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