La actitud nerviosa de los familiares de Erick Armando Villarruel Carpio, asesinado a tiros la noche del viernes 5 de mayo, en las calles Lizardo García y Callejón Parra, en el suroeste de Guayaquil, hizo sospechar a los policías que algo escondían.

Al ingresar al domicilio del occiso hallaron dentro de un dormitorio, un arma de fuego, 14 municiones calibre 9 milímetros, una balanza y dos tubos que contenían sustancias alucinógenas de color blanquecina. Además de un bolso negro con 420 dólares en billetes y 280 en monedas.

Villarruel Carpio, de 31 años, fue asesinado en el exterior de su domicilio, a las 19:00, por sujetos que llegaron a bordo de un vehículo con vidrios polarizados.

Una allegada manifestó a los investigadores que Erick se encontraba en el interior de su vivienda, cuando recibió varias llamadas a su celular, por lo que salió diciéndoles que ya regresaba. Al salir le dispararon.

De acuerdo a información policial, el occiso no registraba antecedentes penales. Sin embargo, según versión de moradores, se dedicaba al expendio de sustancias sujetas a fiscalización.