Treinta minutos antes de la balacera que la noche del domingo 9 de julio dejó a 14 personas heridas en la cooperativa Siete Lagos, en el sur de Guayaquil, Jesús Ramón Rivas Baquerizo y su esposa Jheselyn Jiménez habían salido de su domicilio para ir a merendar.

Pero la novelería por los juegos pirotécnicos y el ambiente de festejo que se vivía en el sector hizo que ellos se detuvieran en la esquina a dos cuadras de su vivienda.

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Tenían unos 10 minutos observando la ‘celebración’ por el año de muerto de uno de sus vecinos, Kevin Moreno, conocido con el alias de Papa Chola, cuando llegaron cuatro sujetos a bordo de un vehículo color plomo y armados con fusil arremetieron en contra del grupo de personas.

Jesús Ramón, de 25 años, y otro morador, Argelis Paúl Valdiviezo Moreno, de 40, llevaron la peor parte por los disparos recibidos por los matones, quienes de acuerdo a versión de testigos y de la Policía querían asesinar a los supuestos integrantes de la banda criminal Los Chorros, de la cual presuntamente era integrante Papa Chola, cuya muerte ocurrió el 8 de julio de 2022 en el mismo lugar.

“Mi esposo no tenía nada que ver con alguna banda. Ese día me dijo ‘mija, vamos a merendar afuera’, dejamos a nuestra hija durmiendo y cuando regresábamos a casa vimos la algarabía de la gente, él era joven y le llamó atención, estábamos justo en la esquina, donde comenzaron a disparar”, contó la viuda.

Entre lágrimas recordó que su esposo cumplía 26 años el 22 de agosto próximo y que como ella y su hija también cumplían años el mismo mes habían organizado una celebración múltiple. “Mi cumpleaños es el 24 y para eso habíamos planeado una fiesta, ahora él está muerto y sus familiares y quienes lo amamos con un dolor en el corazón”, sostuvo mientras recibía el consuelo de su padre.

Jesús Ramón era el menor de 4 hermanos y se ganaba la vida como barbero. No tenía antecedentes penales. (AEB)

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