Para Enriqueta Acosta hablar de EXTRA, es un placer. Lo lee hace 20 años, no hay un día que se lo pierda. Si antes lo leía religiosamente, ahora no concibe sus días sin revisar nuestras ediciones.

“El año pasado, por julio, me caí y me dañé el brazo derecho y el médico me mandó a resolver la sopa de letras y demás juegos, todos los tiene EXTRA, ustedes son parte de mi terapia, pues su desarrollo me ha ayudado bastante en mi recuperación, antes no podía ni firmar”, manifiesta con alegría la guayaquileña de 79 años.

Su hijo, el suertudo

El sábado pasado, un hijo de doña Enriqueta le llevó un ejemplar a su casa, ubicada en una urbanización del cantón Daule. Él sabe que ella disfruta de nuestros contenidos.

“Aquí le traigo para que se entretenga, lea sus noticias, haga sus juegos, mire su cómic, pero lea temprano porque después se le viene la noche y no ve bien las letras”, le expresó su vástago. Y cuando abrió las páginas 2-3 leyó: ¡Gana $ 500! Llamó a su hijo y le dijo: “Ven acá y léeme bien qué dice aquí”. “Aquí dice $ 500”, contestó su pariente, luego otro hijo mandó un mensaje al WhatsApp y confirmaron que ella se había llevado el premio mayor de la promoción regalona ¡Despega y Gana!

“Mi Dios y mis santitos me ayudaron, con ese dinerito tengo para comprar los materiales de mi bisutería y manualidades. También para adquirir mis medicamentos de la diabetes e hipertensión y haré fanesca para mis hijos, para juntos agradecer al Señor por este regalo que me ha dado, que no es cualquier cosa. Es más, puede ser que más adelante me saque la moto”, expresa entre risas.

Como ahora saben que los suscriptores ganan el doble de premios con el ¡Despega y Gana!, uno de sus hijos decidió suscribirse. Si los 500 dólares les hubiesen llegado como suscriptor se hubiesen llevado una ‘luca’, por eso no quieren perderse esa gran oportunidad de duplicar su platita.   

La canillita más buscada...

Irma Cedillo desde ahora será la más solicitada en el centro de Guayaquil; ella fue quien le vendió el ejemplar ganador a Enriqueta. La mujer de 85 años vende EXTRA hace cuatro décadas. 

Ella aprovecha que los creyentes salen de la iglesia San Alejo, situada en las calles Manabí y Eloy Alfaro, para vender los diarios. Uno que otro sale rezando para ver si le sale el periódico favorecido... ¡con el billete!