“Pillos miserables”, “ladrones indolentes”, “sabandijas sociales”. De esa forma han calificado los habitantes del barrio Porvenir Alto Dos, en Manta, provincia de Manabí, a los delincuentes que robaron las pertenencias de una pareja de no videntes.

La familia Toala Mendoza se siente perjudicada, dolida y desconcertada. La mañana del viernes 22 de enero, entre lamentos y coraje, ambos contaban que la noche anterior habían sido víctimas de la delincuencia por parte de sujetos desconocidos, que ingresaron por la parte posterior de la vivienda y treparon paredes para hacer de las suyas.

Mientras los Toala dormían y descansaban luego de cumplir su jornada de trabajo y ocupaciones caseras, los ladrones se sustraían varias pertenencias de forma cautelosa y sin generar ruido que pudiera alertar o despertar a la familia.

Pipito Toala, jefe de hogar y un humilde vendedor de golosinas que presenta discapacidad visual al 100%, al igual que su esposa, contó que, en las primeras horas de la mañana, su único hijo, un menor de 10 años, se percató que habían tenido una inesperada ‘visita’.

“Él se dio cuenta que se habían llevado una piscina de plástico, una bicicleta, dos pares de zapatos, herramientas y otros enseres de valor. Hace pocos días un amigo de Estados Unidos llegó a regalarme unas cositas y hasta eso se lo llevaron”, lamentó el afectado.

En esta ocasión, el ciudadano con capacidades especiales dijo que iba a denunciar el robo ante las autoridades, porque esta es la tercera vez que se le llevan sus cosas. Recordó que en las otras dos ‘visitas’ también usaron la misma estrategia, ingresaron por la noche aprovechando que dormían.

“Es indignante, lo poco que uno se gana vendiendo caramelos, galletas y otras golosinas para adquirir nuestras cosas, nos las arrebatan de una forma cruel, se llevaron hasta mis zapatos”, relató Pipito mientras mostraba las zapatillas con las que le tocaba irse a trabajar. (AG)