Julián Córdova luce orgulloso el tatuaje de un avión en su antebrazo izquierdo. Se trata de un homenaje a la pasión que lo empujó a viajar a Ucrania: estudiar para ser piloto.

Estuvo dos años en ese país hasta que estalló la guerra con Rusia, lo que le obligó a regresar a Quito, su ciudad natal. “Cuando vine, estudié un semestre de negocios internacionales, pero la contabilidad me despechó”, cuenta entre risas este joven, de 21 años.

Pero trajo algo que lo marcaría desde que llegó al país: sus ganas de ser un creador de contenido o más conocido como influencer. “Hice un viaje a Estados Unidos y una tía me regaló un teléfono. Con eso empecé a grabar mis videos”.

Al principio, Julián no tenía mucha aceptación, pero con el paso de los años, la gente lo ha buscado en sus redes, principalmente en TikTok, donde tiene 720 mil seguidores.

El comienzo

Pero en redes, Julián optó por un nombre artístico bastante particular y carga consigo una historia. “Cuando era pequeño me gustaba bailar cuando mi abuelito ponía música. Me decía que mis movimientos se parecen al del Rey Julien de la película Madagascar”.

Con el fallecimiento de su abuelo Enrique Ureña, Julián se ‘bautizó’ con el nombre de este personaje animado para homenajear el ‘mote’ que le puso su ser querido y así empezó.

Lo que Julien hace son videos humorísticos con la cotidianidad de las personas. “Intento que mis sketches sean generales. Es decir, que las personas que los miren entiendan de lo que hablo”.

Por ejemplo, hace bromas cuando se trata de hablar de profesores, de los estudiantes que no quieren entrar a clases, de los empleados que atienden mal humorada y más...

“Lo que hago es actuar, nada más. Desde muy niño me involucré en la actuación y hasta estudié un poco, pero me salí”.

El cariño

Explica que la dinámica de las redes no le ha dado tanto dinero como se cree. Sin embargo, admite que cuando se trata de promocionar marcas, ahí sí ‘entra’ algo más de platita.

“Considero que la gente me quiere. Tengo seguidores de México, Estados Unidos, Guatemala. Pero creo que los más cariñosos siempre han sido ecuatorianos y mexicanos”. Aunque nunca faltan los mensajes desubicados a los que Julien no les para ‘balón’ y prefiere quedarse con lo lindo que los seguidores le dicen.