Mujeres afrodescendientes de cinco sectores populares de Guayaquil —Malvinas, Isla Trinitaria, Cristo del Consuelo, Socio Vivienda y Guasmo Sur— participan activamente en el proyecto Círculos Comunitarios de Cuidados, una iniciativa impulsada por el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos. El objetivo: fortalecer el tejido social y comunitario como base para la defensa de los derechos de poblaciones vulnerables.

En Ecuador, el enfoque está puesto en las mujeres afrodescendientes, debido a los múltiples desafíos que enfrentan en sus territorios. Así lo explicó Alexander Kofman, embajador de los Países Bajos para la región. “Creemos que la creación de estructuras organizativas sólidas permite a las mujeres y a los líderes comunitarios coordinar acciones, acceder a recursos y representar de manera efectiva a sus comunidades en diversos espacios”, señaló el diplomático.

Kofman destacó que esta experiencia puede ser replicada en otras zonas con problemáticas similares, donde el racismo, la discriminación y el estigma racial son parte de la vida cotidiana. “La iniciativa del CDH sienta un precedente importante para la región”, apuntó.

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El proyecto ha incluido campañas de sensibilización, talleres y encuentros comunitarios orientados a derribar prejuicios y visibilizar el valor de la cultura afroecuatoriana. Según Billy Navarrete, director del CDH, el trabajo con mujeres y niñas resulta esencial en el contexto de criminalidad que atraviesa la ciudad. “Ellas son el eje de la resistencia frente al reclutamiento de menores y la expansión del crimen organizado. Con ellas empieza la recuperación del tejido social”, sostuvo.

Navarrete añadió que, junto a la Embajada de Países Bajos, se han generado herramientas que fortalecen la capacidad de liderazgo y resiliencia de las participantes. “Queremos que esta resistencia sea más vigorosa. Es una labor necesaria y oportuna para Guayaquil y para el país”.

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Allison Velasco, residente de la Isla Trinitaria y beneficiaria del programa, cuenta que los círculos le han permitido reconocerse, valorarse y crecer junto con su familia. “Las mujeres hemos encontrado nuestra voz. Nos sentimos más seguras y valoradas. Esta es una herramienta invaluable para el crecimiento personal, comunitario, el desarrollo sostenible y la igualdad de género”, expresó.

La Embajada del Reino de los Países Bajos, a nivel regional, promueve los derechos de mujeres y niñas, de la comunidad LGBTIQ+, la libertad de prensa y expresión, y la protección de defensores de derechos humanos. La institución busca alianzas con la sociedad civil, la empresa privada y el sector público para responder a los desafíos que enfrentan estas poblaciones, especialmente frente a amenazas como el crimen organizado.

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