“Si hubo cualquier exceso, los servidores policiales tendrán que responder dentro de los reglamentos internos y, obviamente, para que se inicie una acción, hasta de pronto penal, tendrá que existir el disparador, que podría ser una denuncia”, manifestó el coronel Fernando Vaca, comandante de la Zona 2 de Policía.

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Estas declaraciones del jefe policial se dieron casi 24 horas luego de que el exjugador del fútbol, Jaime Iván Kaviedes Llorentty, fuera declarado responsable de una contravención de segunda clase, delito que habría cometido la madrugada del sábado en el cantón Tena, capital de Napo.

En videos que se viralizaron horas después, se observa que el exfutbolista, de 46 años, es agredido por policías, uno de los uniformados utilizó un tolete metálico y lo empujó provocando que caiga al suelo, mientras que otro agente le rocía gas pimienta en el rostro. Un segundo antes, con las manos esposadas, se escucha al exseleccionado decir: “Graben, soy Iván Kaviedes”.

Ante este hecho, que podría ser considerado como uso excesivo de la fuerza policial, el coronel Vaca informó que ya se abrió una investigación interna para esclarecer responsabilidades en este evento, ya que la finalidad de los cinco gendarmes que actuaron en este procedimiento era ingresar al exfutbolista al carro policial, pero él se habría resistido y comenzó a golpear y patear al patrullero.

“Ellos (policías) llegaron a verbalizar, no sabía que se trataba de una persona conocida, no lo reconocieron porque estaba con barba, por la forma en que estaba vestido, se lo ve obeso. El gas pimienta fue para someterlo, es una persona de contextura gruesa y gran tamaño. Lo que se hizo fue atender el clamor de un gran número de víctimas, entre ellos mujeres, a quienes pecheó y empujó. Los ciudadanos dicen que este ciudadano andaba buscando pelea”, sostuvo.

Según versión de los ciudadanos afectados y de los gendarmes implicados, a las 02:30 en circunstancia que los servidores policiales del turno de amanecida realizaban sus rondas fueron alertados que una pareja había sido víctima agresión tanto verbal como física y aparentemente bajo los efectos de alguna sustancias. 

"A las 04:20, en compañía de las víctimas, los servidores policiales se trasladaron al lugar donde se habría suscitado la agresión e identificaba a un ciudadano de contextura gruesa de casi 1 metro 90 centímetros de estatura, que agredía físicamente y verbalmente a una mujer y a un ciudadano. Los dos servidores se acercan al infractor y le dijeron que se retire del lugar, pero fueron recibidos con palabras soeces, empujones y golpes de puño al chaleco de los agentes", dijo.

El comandante de la Zona 2, además, dijo que el exdelantero se encontraba en sandalias y que por eso se resbaló. Sin embargo, reconoció que la obligación de los policías era aprehenderlo y subirlo al carro policial. 

"Cuando trataban de subirlo al patrullero habrían puesto resistencia y los servidores policiales se vieron obligados a usar gas pimienta para someter al presunto infractor cuya finalidad era ingresarlo al patrullero. Él es de talla alta y de contextura gruesa, no fue fácil para dos servidores policiales ingresaron al patrullero de forma amigable, la resistencia y la agresividad del presunto infractor creo la circunstancia para que los servidores haciendo uso progresivo de la fuerza e iniciando la verbalización no hayan obtenido el objetivo inicial".

Finalmente, el presunto infractor fue trasladado a un hospital de Napo donde, según el coronel de la Policía, nuevamente agredió a los servidores policiales, en presencia de médicos y licenciados en enfermería que se encontraban en la casa asistencial. "A las 05:30 fue ingresado al Centro de Privación de Libertad, donde también agredió a una agente de seguridad penitenciaria".

Para Billy Navarrete, director ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, en los videos se observa claramente que el futbolista retirado estaba en estado etílico y por su condición de desventaja, ya que no estaba en todas sus capacidades, hubo exceso de fuerza por parte de los agentes.

“Él se encontraba totalmente desarmado, en las grabaciones no existe evidencia de que sea un agresor, tal vez lo hizo verbalmente a los policías, que justificara la agresión. La detención debió ejecutarse de entrada si es que hubo denuncia de la agresión que provoca la acción policial o a terceros”, comentó. (AEB)

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