El alcalde Jorge Yunda apareció ayer en el Centro de Atención Temporal Bicentenario tras un fin de semana agitado... con un mandil pulcro, recorrió las instalaciones donde actualmente se vacunan a los abuelitos de Quito.

Allí dijo que para este proceso se han dispuesto 200 brigadas, 800 médicos, enfermeras, tecnólogos. Que la meta es la inmunización masiva. Que usen las mascarillas. Pero... del comunicado que había lanzado en su cuenta de Twitter horas antes no mencionó ni ‘pío’.

El sábado, el alcalde removió de sus cargos –mediante un oficio– a Cinthya Puga, Christian Acaro y Carlos Poma. Todos directivos. ¡Fuera!

Estos no eran funcionarios cualquiera. Sus nombres estarían relacionados con la ‘bomba’ que reventó cuando se filtraron los chats de Sebastián, el guagua de Yunda, y con los que se investiga si habría tenido participación en negocios a nombre del Municipio.

Además de los tres que se quedaron sin ‘camello’ en el Cabildo, Diego Jara, quien también cruzó mensajitos con ‘Sebas’, puso la renuncia a la Secretaría de Cultura. Y el alcalde se la aceptó.

No fue sino hasta la mañana de ayer cuando Yunda, en una plana con la foto del Panecillo, escribió lo siguiente: “Con aquellos funcionarios que desobedecieron mi instrucción de que ningún familiar mío pueda hablar a mi nombre, ni contestar sus llamadas o mensajes... he dispuesto la inmediata separación de sus cargos sin que signifique que se haya comprobado alguna irregularidad”.

También puso que “como padre confío en el actuar de mi hijo y más allá de eso legalmente deberá probarse que los presuntos chats que circulan son reales”. Aunque en días pasados había afirmado que no pondría las manos al fuego por nadie. “Ni familiares ni compadres”.

Desde la Plataforma Cívica Quito Unido se informó que se presentaría el pedido de remoción de Yunda en el Concejo Metropolitano y también una denuncia por Tráfico de Influencias y Delincuencia Organizada ante la Fiscalía.