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Jugando voley le cayeron a plomo

Dos desconocidos llegaron en una moto y protagonizaron una lluvia de balas que acabó con uno de los participantes

muerto
Agentes policiales llegaron al lugar de los hechos para el levantamiento del cadáver.Daniel Vite

La pequeña cancha de voley que está ubicada en las calles Guatemala y la B de la parroquia San Camilo del cantón Quevedo, en la provincia de Los Ríos, fue el escenario de una muerte violenta al estilo sicariato donde se acabó con la vida de Jhon Henry Barro Zavala, de 32 años.

El crimen ocurrió a eso de las 19:30 del jueves 25 de junio, cuando estaba un grupo de panas jugando como todos los días, sin imaginarse que zumbarían las balas por parte de dos sujetos que viajaban en una motocicleta.

La ráfaga de tiros dejó sorprendidos a los jugadores, quienes se quedaron ‘helados’ al ver desplomarse el cuerpo de Jhon a causa de los proyectiles que impactaron en su cabeza, brazo y tórax.

En medio del susto, los participantes del juego y amigos del herido se aproximaron para auxiliarlo. Trataron de reanimarlo, pero no lo lograron y a los pocos minutos dejó de existir.

No pasó mucho tiempo cuando aparecieron los deudos de la víctima que quedó tirada en el piso. Unas mujeres de su núcleo familiar se lanzaron sobre él para gritarle desesperadamente que se levante, pero las balas repartidas en diferentes partes de su humanidad no se le permitieron.

A la escena del crimen se sumaron decenas de personas que querían ver el cadáver. A muchos se les olvidó el distanciamiento social por el coronavirus y solo trataban de abrirse paso para ver a quién habían matado.

Agentes policiales llegaron hasta el lugar de los hechos para el respectivo levantamiento del cuerpo y para recoger indicios que ayuden a la investigación.

En su base de datos los uniformados verificaron que el fallecido tenía antecedentes delictivos: uno en el 2007 por asociación Ilícita y en el 2020 por ocultación cosas robadas.

El cadáver fue llevado hasta la morgue de Quevedo para la autopsia y luego su sepelio, pues debido al estado de emergencia no fue velado como manda la tradición. (DV)