Priscila Villena, de 26 años, no le ganó a la muerte. La joven guerreó durante cuatro días en una clínica privada del sur de Ambato, pero las secuelas de la bala recibida en la cabeza fueron devastadoras.

La mujer fue ingresada la noche del sábado 12 de junio a la casa de salud. Recibió el disparo cuando tres sujetos intentaron robarle sus pertenencias en el momento que departía junto a cuatro amigos: tres hombres y otra mujer.

El capitán Paulo Viteri, jefe de la Unidad de Delitos Contra la Vida (Dinased), en Tungurahua, manifestó que según las indagaciones, los jóvenes tomaban bebidas alcohólicas en un pasaje que direcciona a un mirador, en el sector del Casigana, en Ambato, provincia de Tungurahua.

Como llovía ese día, los cinco estaban dentro de un vehículo, donde, al parecer, fueron sorprendidos por tres delincuentes que tenían las intenciones de robarles los celulares. Y como ellos los arrojaron a la maleza, uno de los hampones habría disparado en tres ocasiones. Una de esas balas penetró en el cráneo de Priscila y la mantuvo en agonía hasta que el miércoles 16 de junio falleció.

El sitio donde ocurrió el ataque mortal está alejado de la zona poblada y además es boscosa.

Viteri recomendó a las personas evitar acudir a estos sitios alejados de la población para evitar ser víctima de la delincuencia.

En Tungurahua, suman a nueve las muertes violentas con el asesinato por robo de Priscila, a quien le arrebataron la vida en una noche que decidió salir con sus amigos.(YIE)