Marisela Aldana y sus hijas sacaron los colchones, la ropa y algunos muebles de su casa para que el sol los secara luego del fuerte aguacero que cayó en la capital y sus alrededores, la tarde del jueves 12 de octubre.

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Ella vive en el sector de Rumihuaico, una de las siete zonas en las que, según el ECU 911, se reportaron alertas de acumulación de agua.

Todo se mojó. La licuadora se dañó e, incluso, Marisela y sus tres hijas tuvieron que dormir en la misma cama porque los cuartos se llenaron de goteras. “Parecía una piscina”.

Cerca de ahí, Lorena Catagña acomodaba unas planchas de plástico en su garaje. Estas eran parte de una estructura que cubría la entrada de su tienda, pero terminó destruida por el granizo que la golpeó.

“Servía como techo para que los vecinos escamparan del aguacero”, añadió.

En el kilómetro 8 de la Ruta Viva, en cambio, los dueños de una mecánica piensan en improvisar un canal para que cuando se acumule el agua, esta pueda desembocar en una quebrada que hay cerca.

Afuera de este lugar la carretera se convirtió en una laguna en la que no flotaban botes sino vehículos. Un video se volvió viral en redes sociales en el que se puede ver a tres vehículos que se quedaron varados y llenos de agua.

En este lugar, personal del Municipio rompía el asfalto para ampliar la rejilla por donde se desfoga el agua y así evitar otra inundación.

Jhoanna Patiño, gerente de operaciones de la Empresa Pública de Agua Potable (Epmmaps), señaló que las lluvias que han caído en los últimos días han sido inusuales.

Para hacer una comparación, la funcionaria explicó que en octubre del año pasado, las intensidades de lluvia fueron de 20 milímetros por hora. En cambio, en este año el número creció a 34 milímetros. “Es un año atípico, las lluvias son muy fuertes”, concluyó.

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