En la casa donde vivía el individuo al que estaba dirigido el atentado que acabó con la vida de cuatro hermanitos y de su madre, el lunes 11 de diciembre, además de 40 mechas utilizadas para la elaboración de explosivos, se halló un altar dedicado a la Santa Muerte, reveló una fuente policial a este Diario.

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La vivienda está ubicada en la manzana 14 de la cooperativa Guayas y Quil 1, en el Guasmo sur de Guayaquil, muy cerca al domicilio donde se registró el cruel asesinato que acabó con una familia guayaquileña.

Una fuente policial reveló que en dicho inmueble, de dos plantas, habitaba una mujer, quien se dedica al expendio de droga en el sector y a la que frecuentaban miembros de la organización criminal Los Lagartos.

“Los padres y sus hijos no eran el ‘blanco’ de los criminales, sino sus vecinos; ellos no tenían nada que ver con algo ilícito o venta de droga. Es la casa de al lado, allí vivía una mujer, familiar de alias Cheche, era a él a quien querían matar. Al parecer, se trató de una represalia por la muerte de otros dos pillos de una banda contraria”, explicó el investigador.

Sostuvo que, de acuerdo a las investigaciones, en el inmueble de la mujer dedicada al expendio de droga, varios delincuentes habían estado bebiendo alcohol horas antes y que posiblemente esto fue lo que originó que los sicarios se equivocaran y le dieran al objetivo que no era.

“Se confundieron en la casa, la sin pintar era donde se encontraba Cheche y otros cómplices, Frenillo y Coco, los tres integrantes de Los Lagartos, a quien la banda contraria los tenía en la mira; y lo de la Santa Muerte son creencias, los criminales le piden desviar las balas, librar a los presos, confundir a los enemigos. Lamentablemente, resultaron muertos inocentes”, agregó.

La noche del miércoles 13 de diciembre, en las calles 32 y García Goyena, en el suburbio porteño, fue detenido Byron Steven Morales Barzallo, alias Borreguito. Sobre él pesaba una boleta de captura por un asesinato cometido en el 2021, indicó una fuente policial.

Cheche, el sujeto a quien estaba dirigido el atentado, dio su versión voluntaria en la Fiscalía y fue su testimonio el que involucró a Borreguito e incluso a otros individuos conocidos con los alias de Chocolate, Chelito, Lalo y Juca.

“Cuando escuché la balacera me tiré al piso, a lo que mi mamá y mi hermana me levantan es que los alcancé a ver a todos los antes mencionados”, manifestó ante la autoridad judicial.

El presunto blanco de los sicarios también registra antecedentes penales, uno por robo (2018) y otro por tráfico de droga (2019). Tanto él como sus parientes dejaron la vivienda la misma noche de la matanza. (AEB)

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