UEn la tarde del 20 de junio de 2022, los exteriores de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión (CCE), ubicada en la avenida 6 de diciembre, en el centro-norte de Quito, estaban plagados de manifestantes. 

Las unidades de la Ecovía, que transita por esa calle, debieron cambiar su ruta para cumplir con el servicio. Resistir desde el arte fue la consigna que dio  Fernando Cerón, presidente de la CCE, quien en la mañana clausuró simbólicamente ese espacio cultural. 

Allí, varias personas bailaban, tocaban instrumentos y había carteles en contra de las medidas oficiales, que para los manifestantes que se tomaron el punto,  son represivas y atentan contra los derechos del pueblo.

Antes del mediodía, Cerón se refirió al allanamiento que ocurrió el domingo. La Policía se tomó el centro cultural en busca de material bélico, luego de recibir una alerta telefónica, pero ahora se usará como sede durante las protestas. Así lo anunció el general Fausto Salinas, comandante policial.

Para Cerón, la acción es arbitraria y el allanamiento no fue legítimo y vulneró los derechos del pueblo y de los artistas. Además, explicó que los funcionarios de la CCE continuarán en sus funciones a puertas cerradas.

El representante cultural detalló que, días atrás, recibió una solicitud para acoger a 400 uniformados durante las manifestaciones. Pero negó el pedido.

Esto, debido a que el recinto que dirige tiene “la tradición” de acoger a los indígenas y ser un lugar de defensa de derechos.

Un tema que lo motivó a seguir en la lucha y que compartió con los protestantes es que en al menos 10 provincias del país se están realizando plantones en favor de la Casa de la Cultura.