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Manta: Vacunación entre recuerdos

Adultos mayores acudieron a centro geriátrico del puerto manabita para inmunizarse

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Mercedes Delgado, en compañía de su sobrina Ramona, recibió su dosis.Alejandro Giler

Desde muy temprano, adultos mayores en sillas de rueda, con bastones, acompañados de familiares, llegaron hasta el Centro Geriátrico de Manta, provincia de Manabí, para ser vacunados contra la COVID- 19.

En el lugar, la esperanza de vida, el dolor y la tristeza se mezclaron mientras los abuelitos esperaban su turno para recibir la que llamaron ‘vacuna de la vida’.

A Mercedes Delgado, de 93 años, le habría gustado que las dosis llegaran antes y que a su ñaña Edilma la hubieran inmunizado. Su pariente falleció en mayo del 2020. Los Delgado vivieron una pesadilla con secuelas imborrables por la pandemia.

Ramona Macías, la sobrina política y quien acompañó a la señora, narró que “ella (Mercedes) todavía recuerda a su hermana, la añora, ya hace casi un año que sucedió esta pesadilla que ha afectado al mundo entero. Venimos con entusiasmo de recibir esta protección, es una esperanza, una luz en días oscuros”, expresó Ramona.

Emocionante espera por la protección

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Sonia Bailón y su padre emocionado después de recibir su vacuna.Alejandro Giler

Con pasos lentos, mirando al cielo como en señal de agradecimiento, salía de la sala de vacunación José Dimas Zambrano, de 97 años, acompañado de su hijo. El más emocionado era José, su vástago, quien estuvo 13 días internado en un hospital luchando contra el virus. “Quiero que mi papá siga viviendo. Nadie quiere perder a un familiar, es un momento emotivo”, exclamó.

Isauro Bailón, de 83 años, fue otro de los beneficiados. Él sufre de hipertensión y diabetes y por ello su familia esperaba que lo vacunaran.

Al salir, Sonia Bailón, hija del anciano, sonrió y levantó un pulgar en señal de aprobación. “Es algo fantástico para tener a nuestro padre con vida. Es una esperanza, una protección, un escudo a nuestro padres, a la familia. Estamos agradecidos por todo”, manifestó la mujer. 

Los momentos más emocionantes se notaron en el centro mientras los adultos mayores aguardaban su turno de ser nombrados para la vacunación. Al escuchar sus nombres se daban abrazos entre los parientes, lloraban o expresaban alegría. Fueron minutos únicos y especiales entre los beneficiados. (AG)