Devastado. Así lucía la mañana y tarde de este martes Jhordan, el padre de los cuatro niños asesinados la noche de este lunes 11 de diciembre en la cooperativa Guayas y Quil 1, en el Guasmo sur de Guayaquil.

El hombre, de 28 años, antes de acudir hasta el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses porteño, estuvo en la casa donde se perpetró el crimen de sus pequeños de 7, 5, y 3 años y de su bebita de 5 meses de nacida.

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El desconsuelo en su rostro era evidente, sin pronunciar una palabra salió del inmueble y luego de realizar varios trámites para poder conseguir los féretros donde reposan los restos de sus niños llegó al instituto forense.

Allí conversó con sus seres queridos, y en su corto diálogo con este medio de comunicación reveló que su esposa, quien se encuentra asilada en condiciones criticas en una casa de salud, desconoce de la muerte de sus niños.

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"Mi esposa recibió siete disparos, dos en el abdomen, dos en el brazo izquierdo, tres cerca de la ingle. Yo cerré la puerta y me tiré al piso y ella salió corriendo. Ya herida, solo alcanzó a decirme ‘cuídame a los bebés’, no sabe que están muertos. Los niños habían terminado de comer y estaban viendo televisión”, afirmó el progenitor.

Sostuvo que desconocía las razones que tuvieron los criminales para atacar a su familia y que hasta hace dos meses laboró en el área de bodega de una empresa y que desafortunadamente se quedó sin empleo.

Jhordan y Rosa tenían tres años alquilando el inmueble de una planta donde se registró el hecho de sangre. Desde la tarde este martes los cuerpos de los niños son velados en la casa de un familiar a unas cuadras de donde se registró el suceso que los enluta.

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