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La historia de los mellizos que traicionaron al Chapo Guzmán
Los hermanos fueron un punto clave para el tráfico de droga del cártel de Sinaloa. Hoy, se convirtieron en colaboradores de la DEA y en los verdugos del exlíder de esta organización criminal mexicana.
“Los cooperadores más valiosos que hemos visto jamás”. De esta manera las autoridades de Chicago se refirieron a los hermanos Margarito y Pedro Flores, informó Vanguardia México.
Los mellizos, en su momento, fueron un punto clave para el tráfico de droga del cártel de Sinaloa. Hoy, se convirtieron en colaboradores de la DEA (Administración para el Control de Drogas) y en los verdugos del exlíder de esta organización criminal, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Inicios de los gemelos
Pedro y Margarito nacieron en Estados Unidos, crecieron en La Villita, barrio donde vive la mayor parte de familias mexicanas en Chicago.
Su primer contacto con el mundo de las drogas fue a temprana edad. A los 7 años ayudaban a su padre —quien también perteneció al cártel de Sinaloa— a sacar bolsas con droga en tanques de gasolina. Sus brazos delgados y manos pequeñas permitían que retiraran con facilidad las bolsas, relata el diario Chicago Tribune.
Sin embargo, dieron sus primeros pasos como profesionales en el tráfico de droga a sus 20 años. Esto generó que las autoridades estadounidense los tuvieran en la mira, por lo que huyeron hacia México en 2003.
Pedro Flores contó en el tribunal que, a su llegada al país azteca, fue secuestrado y torturado por una deuda vieja de drogas. La intervención de El Chapo logró que fuera liberado.
Socios de Joaquín Guzmán
En 2005, los hermanos y El Chapo se encontraron en las montañas de Sinaloa, donde acordaron la distribución de droga del cártel de Pacífico. Este acuerdo generaría ingresos de cientos de millones de dólares para la red criminal.
Entre 2005 y 2008 los Flores recibieron 38 toneladas de cocaína de Guzmán y su mano derecha, ‘El Mayo’ Zambada. El negocio fue de tal magnitud que los Flores convirtieron a Chicago en el centro de distribución de droga en toda Norteamérica, desde Nueva York, pasando por Los Ángeles hasta llegar a Vancouver (Canadá).
Los mellizos idearon usar camiones de carga y modificaron los techos para traer droga desde México y devolverlos con millones de dólares. De esta manera, bautizaron a la ciudad de Illinois como el ‘pequeño Sinaloa’.
Informantes de la DEA
Pedro y Margarito tenían más contacto con los hermanos Beltrán Leyva, socios del cártel de Sinaloa. Los problemas comenzaron cuando estos decidieron separarse de la organización, dando paso a una violenta disputa con Guzmán y Zambada por ser el mayor traficante de drogas.
Los Flores estaban en medio de los cuatro capos.
Con el miedo de que sus familias fueran víctimas de estos grupos criminales, decidieron entregarse a la DEA y cooperar con ellos, narra BBC.
Los narcos mexicanos y la agencia estadounidense llegaron a un acuerdo de que los hermanos seguirían con sus hechos delictivos para obtener evidencias, como las 70 grabaciones de llamadas.
Gracias a su colaboración, la pena que se le dictaminó a los mellizos fue de solo 14 años. Además, se les brindó la protección de la justicia de EE. UU. para salvaguardarlos de una posible venganza.
A pesar de las advertencias de que no era seguro que alguien de familia viajara a México, el padre de los mellizos en 2009 regresó a ese país, donde fue secuestrado y asesinado. Encontraron su cuerpo en un auto con un mensaje en la ventana: “Para que se callen”.
Esto no detuvo a los Flores y continuaron informando a la DEA logrando así la captura de Vicente Zambada, ‘El Vicentillo’ (hijo de El Mayo Zambada). Asimismo, sus declaraciones permitieron que se realizara la segunda aprehensión de Guzmán en 2014.
Los testimonios de Pedro y Margarito serán usados para reforzar la hipótesis de los fiscales estadounidenses de que El Chapo era el cabecilla de esta organización de narcotráfico, y sentenciarlo a cadena perpetua.