Apenas habían pasado unas horas desde que Valeria Márquez, influencer mexicana de 23 años, fuera brutalmente asesinada durante una transmisión en vivo en su estética de Zapopan, Jalisco, cuando su nombre ya dominaba las tendencias en redes sociales. Sin embargo, la creciente popularidad de la joven —cuyo perfil de Instagram saltó de 90.000 a más de 230.000 seguidores en solo dos días tras su muerte— no solo ha estado marcada por homenajes o condolencias, sino también por una inquietante oleada de publicaciones que rayan en lo macabro.

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La tarde del 13 de mayo de 2025, Valeria compartió una selfie desde “Blossom The Beauty Lounge”, el salón que administraba. Vestida con un body rosa y pantalones blancos, posaba sonriente. Más tarde, mientras abrazaba un peluche con forma de cerdito durante un live, un hombre armado que se hizo pasar por repartidor irrumpió en el lugar y le disparó en múltiples ocasiones. La escena, vista por sus seguidores en tiempo real, conmocionó a miles. Pero lo que ocurrió después ha encendido un debate aún más oscuro.

La palabra "forense", la nueva puerta al morbo

En la red social X (antes Twitter), basta con escribir la palabra “forense” en el buscador para encontrarse con una escalofriante tendencia: imágenes editadas, capturas de películas y montajes que hacen alusión a la figura del médico legista interactuando sexualmente con cadáveres, específicamente con el de Valeria Márquez.

"El médico forense viendo el cuerpo de Valeria Márquez:", escribió el usuario @El_Dandys, junto a una imagen de un personaje con cara de sorpresa y la frase “todo eso es mío”. Otro, @wero_turlay, usó una imagen de un menor a punto de bajarse la ropa interior para acompañar un comentario del mismo tono. 

En algunos casos, los usuarios compartieron escenas de películas o producciones audiovisuales explícitas donde se representa la necrofilia, sugiriendo que el cuerpo de la joven sería objeto de deseo post mortem.

Estas publicaciones, disfrazadas de “humor negro”, han sido catalogadas por muchos internautas como “memes”, aunque lo que en realidad muestran es un nivel alarmante de deshumanización, sexualización de la muerte y una ausencia total de empatía.

Una comunidad dividida entre el morbo y la indignación

No todos en X han encontrado gracioso este tipo de contenido. Bajo las publicaciones más virales, se leen comentarios que expresan repudio, exigen respeto por la víctima y denuncian el grado de crueldad alcanzado en la búsqueda de “likes” y retuits. Usuarios han señalado que este tipo de contenido no solo perpetúa la cosificación de las mujeres incluso después de muertas, sino que también trivializa un crimen atroz.

"Son un asco. ¿No tenés hermanas o madre, a caso?”, escribió la usuaria @maii__neim, cuyo comentario fue respaldado con varias reacciones.

¿Qué dice esto de las redes sociales?

La reacción que ha generado la muerte de Valeria Márquez refleja una paradoja que, lamentablemente, se repite en cada crimen viralizado: el morbo se mezcla con el espectáculo. La víctima se convierte en tendencia, su imagen circula hasta el agotamiento, y una parte del internet, aparentemente insensible, encuentra en la tragedia una excusa para burlarse de la muerte, incluso en sus formas más extremas.

Lo que comenzó como un feminicidio cometido a plena luz del día y frente a una cámara, ahora se ha transformado en una especie de ritual digital donde lo grotesco gana terreno, donde una palabra como “forense” es la clave para entrar a un rincón donde la necrofilia se trivializa con memes.

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