Scarleth Imbaquingo se quedó con la ‘pica’ de subirse al Metro de Quito. Este era su anhelo antes de entrar al quirófano para dar a luz y tendrá que esperar a que nazca su hijo para cumplirlo.

Ella fue a pasear al parque La Carolina, en el norte de Quito, junto a su esposo. Dieron una vuelta, degustaron un helado, vieron las artesanías que se ofrecían en las calles.

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En un momento, Imbaquingo le dijo a su pareja que quería conocer el nuevo medio de transporte masivo de la capital porque la próxima semana se tiene previsto que nazca su bebé.

Ambos caminaron hasta la estación de Iñaquito, bajaron las gradas y se toparon con una fila interminable de personas. Esperaron un tiempo para ver si avanzaba, pero nada.

Pidieron a algún comedido que les dejara ‘colarse’ en la fila por ser una mujer con nueve meses de estado de gestación, pero no le dieron chance.

Indignada y triste, la futura madre subió con esfuerzo las gradas apoyándose en las barandas y le pidió a su pareja tomar un bus.

En el Centro Histórico, un tumulto de más de cien personas se aglomeró en la entrada de la estación de San Francisco. No los dejaban pasar.

Los funcionarios señalaban desde adentro que había exceso de personas que querían ingresar con boleto y eso no permitía que se agilice la entrada del resto.

Desde afuera, la gente hizo relajo y los trabajadores tuvieron que bajar la puerta enrollable para que no haya ningún ‘pito’.

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