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Armado con una ‘pescuezuda’, el cliente correteó a los pillos.Captura de video

"¡A mí no me vas a robar!": cliente frustró asalto en Guayaquil con botella en mano

Un intento de asalto en un local del centro de Guayaquil terminó con los ladrones huyendo, luego de que un cliente los enfrentara 

El barrio se lleva en la sangre, y sirve cuando el peligro acecha. Y eso fue justo lo que aplicó un ciudadano para no solo evitar que le roben el celular, sino también sacar ‘soplados’ a dos delincuentes en pleno centro de Guayaquil.

En dos videos captados por las cámaras de un local de comidas ubicado en Boyacá y 9 de Octubre, y difundidos en redes sociales, se ve la valiente reacción de un cliente que no se dejó amedrentar y ‘frenteó’ a uno de los pillos que intentaron quitarle el teléfono.

Pero vamos de retro. En las imágenes se observa a unos 15 clientes repartidos en cinco mesas, dándole a la biela dentro del local, el martes 24 de junio, a las 21:41.

De repente, dos sujetos (uno de buzo negro y otro de buzo blanco, ambos con gorra) entran al negocio y, de una, comienzan a arranchar los celulares de los ‘chupadores’. En ese momento, seis de los 15 clientes tenían sus teléfonos en la mano, dando ‘divina papaya’.

Uno, dos, tres, cuatro... y así fueron ‘marchando’ los celulares de las víctimas, uno tras otro.

Hasta ese momento, el hombre valiente se servía un vasito de cerveza, sin saber que los pillos ya estaban en acción.

Con una botella en mano, el cliente enfrentó a los delincuentes

El ‘choro’ del buzo blanco, para meterle más tensión al momento, sacó un arma de fuego, mientras su compinche se acercaba a la última mesa, donde estaba el bielero decidido. Este, al verlo de cerca, agarró con la mano derecha la botella por el pescuezo y, al mismo tiempo, con la izquierda botó su celular debajo de la mesa.

El ladrón se le acerca. El bielero se para y extiende los brazos, sin soltar la botella, en señal de que no tiene nada ‘robable’.

El delincuente se va... pero luego vuelve la mirada hacia abajo, ve el celular, estira la pierna para tratar de alcanzarlo. Y es en ese momento cuando el bielero saca el barrio que lleva dentro: “¡A mí no me vas a robar!”, habría dicho.

Con la botella en la mano, se le va encima al pillo para intimidarlo. El ladrón se ‘avispa’, también agarra una botella, pero huye en cuanto ve que el otro va en serio y está por estamparle la suya.

La reacción del 'bielero' motivó a otros clientes a correr tras los ladrones

Los choros salen corriendo del local. Y los otros clientes, motivados por la valentía del bielero, se levantan de sus asientos y los corretean.

Ese momento pareció sacado de una canción de Rubén Blades o de Héctor Lavoe. Como Pedro Navaja, los pillos entraron “con el diente apretado”, pero salieron con la cola entre las piernas. Y como con Juanito Alimaña, la calle les enseñó que no siempre el ladrón manda: a veces el barrio responde con fuerza, sin miedo y con una botella en la mano.

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