A Jefferson Rolando León Morales, asesinado a tiros la noche del sábado8 de abril, lo despidieron como le gustaba estar: con trago, bala y hasta con el sensual baile de una mujer... pero esta vez sobre su féretro.

El particular adiós a Jefferson, de 19 años, conocido con el alias de Chiguilo, fue grabado con celulares de los ‘invitados’. Ocurrió en un prostíbulo de la ciudadela 22 de Noviembre, en Milagro.

El video, de un minuto y 20 segundos de duración, fue colgado en redes sociales. En las imágenes se observa a varias personas portando armas de fuego, largas y cortas. Buena parte de los presentes lucen una camiseta con el rostro del difunto. Bailan y hasta lanzan “tres urras para Chiguilo”. Es una fiesta-velorio.

Luego, dentro de un chongo, en medio de la euforia, hurras y gritos de los presentes, una mujer acompañada de música electrónica baila y contornea de forma sensual su cuerpo sobre el ataúd donde reposan los restos de León.

Chiguilo fue ejecutado por una banda contraria. De acuerdo con información policial, era miembro de la organización criminal Los Águilas y, aunque no registraba antecedentes penales, habría participados en varios delitos, como asesinatos, robos y microtráfico. Sus verdugos llegaron en una motocicleta, le propinaron más de cinco ‘pepazos’ y huyeron.

¿Pero qué opina la ciudadanía de esta particular ‘despedida’? Jorge Flores, vendedor de caramelos, sostiene que las personas no son un objeto, por lo tanto el dolor ante un hecho lamentable, como es la muerte, no debería convertirse en una “payasada”.

Raúl Mora, ayudante de carga en un supermercado del norte de Guayaquil, considera que las personas han perdido los valores y por eso se cometen más hechos reprochables ante los ojos de Dios.

El comerciante de frutas Marcos Mota es más severo y describe el acto como inmoral y satánico. A él no le gustaría ser despedido así. (AEB)