La última vez que la familia de un adolescente venezolano lo vio con vida fue la mañana del jueves 16 de noviembre, cuando salió de casa para dirigirse a clases en un colegio ubicado en el sur del cantón Milagro, en Guayas. Aproximadamente a las 15:45, su padrastro empezó a escribirle y a llamarlo a su teléfono celular, porque no llegaba a su domicilio, pero nunca respondió. Al día siguiente, en horas de la tarde, el allegado acudió a la Fiscalía de la localidad para denunciar su desaparición.

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El sábado, a través de redes sociales, el hombre vio la noticia del hallazgo de un cadáver en las afueras de Yaguachi, en la vía que lleva a Tres Postes y al cruce de acceso a Milagro, y decidió movilizarse de inmediato a la morgue, para solicitar que le permitieran hacer un reconocimiento del cuerpo. Fue de esa forma que confirmó que la víctima era su pariente.

El adolescente, quien tenía 17 años, tenía puesto el pantalón con el logo de su colegio bordado, y el cuerpo presentaba algunas heridas provocadas por disparos. En la escena, de acuerdo a información policial, los investigadores hallaron cuatro indicios de proyectiles. Una fuente de la entidad detalló que no existían elementos suficientes para determinar con certeza la motivación del crimen, pero mencionó que se tomaría en cuenta una versión rendida por el padrastro, quien reveló a los agentes que días antes del asesinato, el estudiante tuvo un problema dentro del colegio, con un compañero.

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El incidente se relacionaba con un reclamo por un teléfono celular. El padrastro no dio más detalles en ese momento. Por ahora, se indaga si el problema que tuvo y la muerte, hechos ocurridos de manera secuencial, se relacionan o fueron solo una coincidencia.

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