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Diario Extra Ecuador

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¡Sus senos grandes le salvaron la vida!

La mujer que supuestamente fue apuñalada en el pecho por su marido detalló lo ocurrido aquella madrugada en el sur de Quito.

Su madre la cuida mientras ella reposa en una cama de plaza y media.

Su madre la cuida mientras ella reposa en una cama de plaza y media.Fotos: Ángelo Chamba

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Pamela reposa sobre una cama de plaza y media. Respira con dificultad, debido a las heridas en el seno y tórax que, al parecer, le causó su pareja tras apuñalarla el pasado 9 de junio.

Aquellos cortes, suturados con más de 30 puntos, le recuerdan el amargo episodio que vivió esa madrugada.

Luego de que disfrutaran de una reunión amena, ella y su marido fueron a dormir. Cerca de la pareja se acomodó la hermana de Pamela, quien pocos minutos más tarde sintió que su cuñado la estaba ‘manoseando’, por lo que enseguida pidió auxilio a su ñaña.

“Le dije: ‘No seas abusivo’. Él se enfureció, me golpeó... Con el cuchillo que tenía oculto en su pierna me atacó, sin darme tiempo a la defensa”, relata la joven, que hoy recibe ayuda de su madre para alimentarse, ir al baño y tomar la medicina.

Tras la supuesta agresión, Pamela sintió que un líquido “calientito” resbaló por su pecho y al mirarse se percató de que era sangre. Segundos después perdió el conocimiento.

La punta del cuchillo había penetrado en la víctima, según el informe médico, a tres centímetros de su pulmón.

Pamela admite que tener las glándulas mamarias grandes le salvó la vida, pues el arma cortopunzante no llegó al sistema respiratorio. Al menos eso le habrían comentado los galenos que la atendieron en el hospital, al que fue trasladada de emergencia luego del ataque. En esa casa de salud le reconstruyeron el seno.

La mujer, de 22 años, permaneció cuatro días en el hospital y salió directamente a la vivienda de sus padres, en el barrio San Isidro, sector Guamaní, sur de Quito. Ella se negó a volver a la casa de sus suegros, situada en San Pablo de Turubamba, donde vivía con su pareja e hijo, menor de edad.

En un dormitorio pequeño, Pamela llora al rememorar lo sucedido. Cuando habla demasiado se ahoga y no puede caminar, ya que los dolores son intensos. Tampoco concilia el sueño con facilidad, ya que el roce con la cama presiona las heridas.

Una vida de agresiones

La primera vez que su pareja supuestamente la agredió e intentó terminar con su vida fue hace cuatro años, cuando la golpeó y amenazó con un cuchillo. La segunda golpiza fue el Día de la Madre. El sujeto presuntamente llegó ‘chumado’ y, tras insultarla, la dejó desfigurada de tanto golpe.

Con el paso del tiempo, la joven lo perdonó y le dio una nueva oportunidad. Pensaba que él iba a cambiar. Eso no sucedió y la madrugada del viernes se produjo la tercera agresión, que casi le cuesta la vida.

Pamela manifiesta que ella y sus allegados conocían la agresividad de su marido, sobre todo cuando bebía. “Yo o mis familiares ocultábamos el cuchillo de cocina cuando él se ponía a tomar.

Ese día sí lo escondí en unas canastas, pero lo había encontrado y me agredió”.

Luego del hecho, el sospechoso fue detenido por la policía. Leticia, madre de la víctima, reveló que su yerno “fue puesto en libertad. Es por eso que puse la denuncia en la Fiscalía y tengo la boleta de auxilio”.

La víctima necesita ayuda psicológica

Leticia, madre de Pamela, pide ayuda a las autoridades. Cree que su hija necesita un psicólogo para superar los momentos dramáticos que vivió.

Otro problema es que no cuenta con el suficiente dinero para la compra de medicinas, ya que la recuperación de la joven será larga.

La tarde del martes, la familia de la víctima fue a retirar las pertenencias de Pamela en la casa de sus suegros, pero no le habrían devuelto todo, dijo Leticia, quien tiene la esperanza de que la paz regrese al hogar.

Durante el tiempo que dure su recuperación no podrá atender a su niño y, además, extrañará mucho las canchas donde practicaba fútbol.

“En dos equipos jugaba. Me gusta el deporte, creo que ya no podré seguir jugando, porque el médico me dijo que si quería vivir, me olvidara de jugar”, comentó con nostalgia.

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