Andrés Hidalgo, el reo que fue hallado sin vida en el Centro de Detención Provisional de El Inca, norte de Quito, supuestamente tenía los días contados. Así lo dijeron sus parientes, quienes exigían respuestas afuera de la cárcel.

La mañana de ayer el hombre, de 28 años, apareció sin signos vitales en el piso de su celda, ubicada en el pabellón La Tola. Según el coronel Joffre García, subcomandante de la capital, la víctima no tenía huellas de violencia.

El hecho se está investigando como un suicidio hasta tener los resultados de la autopsia. Sin embargo, los familiares de Hidalgo denunciaron que este había recibido amenazas en días anteriores.

Uno de sus primos contó que su pariente le enviaba mensajes alertándolo de que lo querían matar. “Me dijo que miembros de Los Lobos y de Los Tiguerones querían hacerle daño”.

El pariente explicó que su primo fue ingresado a dicha cárcel el pasado 11 de agosto, por el delito de robo. Añadió que durante la audiencia de flagrancia, él y otros familiares del detenido le rogaron al juez que no lo enviara a dicho centro porque era intimidado por las bandas.

El último mensaje que recibió el pariente de Hidalgo fue: “Ñaño, sácame de aquí... me pasaron el dato, en corto, de que me quieren camellar (matar)”.

Los allegados del interno piden que se aclare el hecho porque, según ellos, él no habría atentado contra su propia vida. Hidalgo era oriundo de Esmeraldas, no tenía hijos y estaba radicado en la capital desde hace más de cinco años. 

Andrés Hidalgo tenía un pasado criminal. Según la Función Judicial, el hombre registraba tres antecedentes penales por robo, en 2014, 2017 y 2021. El hallazgo del cadáver fue a las 06:30. El uniformado pasó lista en el pabellón La Tola, pero Hidalgo no respondió a su llamado. Cuando fue a su celda lo encontró ‘tieso’.