Los matorrales ocultaban una tragedia. Dos hermanos que habían sido disparados estaban tirados entre la maleza.

Paramédicos llegaron en su auxilio, pero Carlos falleció en el hospital móvil de Pedernales, según los primeros informes policiales.

Aproximadamente a las 19:45 del pasado lunes, las detonaciones de varios disparos retumbaron cerca del domicilio de Carlos Salazar, de 63 años, y este, de inmediato, comunicó la novedad a las autoridades.

Pronto varios gendarmes llegaron hasta el sector Surrones, ubicado en el kilómetro 11 de la vía Pedernales-Cojimíes, provincia de Manabí. En una inspección a la finca más cercana los agentes descubrieron el doble crimen.

Los pobladores de los alrededores se alarmaron por la noticia. El lugar fue acordonado por los gendarmes para preservar la escena.

Al ser un lugar rural, hasta el momento, la policía no ha encontrado testigos de lo ocurrido y recopilaron los indicios para determinar la identidad y causa de los posibles causantes del hecho de sangre.

En el sitio, agentes de Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) y Criminalística hallaron dos vainas de balas y un parlante con manchas de sangre, que constan como evidencias del caso.

Los cadáveres fueron ingresados al Centro Forense de Santo Domingo para los trámites de ley. Hasta el mediodía de ayer ningún familiar o allegado se había acercado a la morgue para reclamar sus cuerpos. (EC)