Para evitar ser detenida, por la Policía, la mujer acusada de torturar y violar a su hijastro de 6 años, en Naranjal (Guayas), se escondió debajo de la cama y se cubrió con una sábana.

Sin embargo, los uniformados, quienes por denuncia de la ciudadanía ya conocían donde se ‘tapiñaba’, la localizaron y la pusieron a órdenes de las autoridades. Así lo reveló ayer el teniente coronel Marcos Carranco, subjefe del distrito Naranjal-Balao.

La captura de la sospechosa ocurrió la noche del viernes 28 de enero en el sector San Jorge, al sur del cantón guayasense. Tres días antes fue detenido el padre del menor de edad. Su aprehensión se realizó en Taura, la noche del martes.

El oficial de la Policía explicó que los sospechosos tenían boleta de captura por el delito de tortura y violación y que la Policía del servicio preventivo ejecutó la orden emitida por un juez de Naranjal.

Este caso se hizo público en septiembre pasado, luego de que el niño fuera llevado por su madrastra hasta un hospital. Los exámenes médicos revelaron que había sido violentado en sus partes íntimas.

En ese entonces la mujer adujo que el menor era su hijo y que las lesiones que presentaba eran de quemaduras, porque se le había caído una olla con sopa. Luego de un informe también se reveló que su hermanita, de 8 años, había sido maltratada. Los ñañitos se encuentran en una casa de acogida de Guayaquil.

El pasado 4 de enero, los dos fiscales que actuaron en este caso fueron destituidos por el Pleno del Consejo de la Judicatura. Según el proceso disciplinario, ambos funcionarios actuaron con negligencia.

Patricia Castro, abogada que representa a los familiares de los afectados, solicitó a las autoridades del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) que los niños sean entregados a la madre. “El caso se encuentra en la etapa de instrucción fiscal. Es importante que los niños reciban el amor de la familia”, indicó.